Líderes mundiales discuten cómo asistir a los países más golpeados por la crisis causada por el COVID-19

De los once billones de dólares que se han gastado hasta el momento en el mundo para responder al impacto financiero de la pandemia, el 88% ha sido desembolsado por los países de renta alta mientras que sólo el 2,5% se ha gastado en las economías emergentes y en desarrollo.
Líderes de gobiernos y organizaciones internacionales se dan cita este martes en una reunión virtual para analizar las mejores medidas que se pueden tomar para ayudar a los países de menos ingresos a afrontar los devastadores efectos socioeconómicos de la pandemia de COVID-19.
El evento de alto nivel sobre financiamiento al desarrollo y la era del COVID-19 , celebrado en el marco del debate de la Asamblea General de la ONU, fue convocado por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres y los primeros ministros de Canadá y de Jamaica, Justin Trudeau y Andrew Holness.
Los participantes evaluarán el trabajo hecho tanto por los gobiernos como por los organismos internacionales con la intención de encontrar opciones viables que impulsen una respuesta multilateral a la crisis generada por la propagación del coronavirus.
Hasta el momento el mundo ha gastado once billones de dólares para responder a la emergencia. De esa cantidad, el 88% se ha desembolsado en los países de renta alta y sólo 2,5% en la economías emergentes o en desarrollo.
Al margen de los más de 32 millones de casos confirmados y el millón de muertos que ya suma, la pandemia se ha convertido en una amenaza al desarrollo y se prevé que empujará a unos cien millones de personas a la pobreza extrema y que 265 millones podrían padecer hambre y 12.000 personas morirían por esa causa. Además, la Organización Internacional del Trabajo estima que se han perdido 500 millones de empleos en lo que va de 2020.
La crisis ha aumentado las desigualdades y ha afectado desproporcionadamente a los grupos vulnerables de población.
El COVID-19 ha exacerbado el embate en el ámbito financiero al afectar las exportaciones, el turismo y el envío de remesas, dejando a numerosos países sin capacidad para cumplir con los pagos de sus deudas, independientemente de que el virus no los haya azotado directamente.
El Secretario General ha destacado en diversas ocasiones que las economías industrializadas han brindado alivio a sus propias sociedades: “Pueden hacerlo, pero necesitamos evitar que el mundo en desarrollo caiga en la ruina, escalando la pobreza y la crisis de deuda. Precisamos un compromiso colectivo para impedir una espiral a la baja”, advirtió en su discurso de apertura de la Asamblea General.
Un compromiso que ayude a solventar diferentes áreas como la creciente crisis alimentaria mundial de la que Guterres advirtió “está entrando en una nueva y peligrosa fase” en su discurso de apertura del evento.
“En varias situaciones de crisis humanitaria, se avecina el riesgo de hambruna. En América del Sur, 17,1 millones de personas padecen una grave inseguridad alimentaria, en comparación con los 4,5 millones de hace siete meses”, alertó.
El mandatario canadiense, por su parte ha subrayado la urgencia de que el mundo actúe de consuno e impulse la Agenda 2030 con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“En este momento tenemos la oportunidad de reimaginar nuestros sistemas económicos, de reafirmar nuestro entendimiento común de una recuperación sustentable e incluyente. Sólo unidos podemos sentar las bases de un mundo mejor”, señaló Justin Trudeau.
El primer ministro de Jamaica coincide con esta visión y ha advertido que la humanidad atraviesa un punto crítico. “Más que nunca, la cooperación global es esencial para la recuperación”, ha declarado Andrew Holness, recalcando que cualquier plan debe enfocarse en la gente.
En una conferencia de prensa previa al evento, la vicesecretaria general de la ONU dijo el lunes que ningún país o sociedad podrá superar la emergencia solo y llamó a darle un giro a la lógica del “yo primero”. “Necesitamos solidaridad y esfuerzos multilaterales orquestados para combatir la pandemia y salvar vidas”, señaló Amina Mohammed.
Asimismo, recalcó la necesidad de proveer asistencia financiera a los países más vulnerables y adelantó las recomendaciones que se presentarán a los jefes de Estado y de Gobierno participantes en la reunión:
El evento buscará también enfatizar la urgencia del desarrollo, la producción y el acceso equitativo a pruebas de diagnóstico, tratamientos y vacunas.
Los líderes organizadores de la reunión conminarán otorgar al Acelerador de Herramientas COVID-19 y a COVAX, la iniciativa mundial de vacunas, los 35.000 millones de dólares que requieren para alcanzar la meta de producir 2000 millones de dosis de vacunas, 245 millones de tratamientos y 500 millones de pruebas para fines de 2021.