La pérdida de empleos por el COVID-19, peor de lo que se esperaba

Alrededor de 400 millones de empleos a tiempo completo se han perdido y las mujeres son las más perjudicadas por la pandemia, son algunas de las conclusiones del último informe de situación de la Organización Internacional del Trabajo, que presenta tres escenarios posibles de recuperación en función de la evolución del COVID-19 y de las medidas que se tomen.
En la primera mitad de 2020 se perdieron el equivalente a 400 millones de empleos a tiempo completo debido a la crisis del COVID-19, un número mucho más alto que el previamente estimado y se registró una caída del 14% en las horas de trabajo a nivel mundial, advirtió este martes la Organización Internacional del Trabajo.
Según la agencia, la recuperación incierta de lo que queda del año no será suficiente para volver a los niveles previos de la pandemia, e incluso en el mejor escenario se corre el riesgo de ver una pérdida continua de empleos a gran escala.
Las nuevas cifras reflejan el empeoramiento de la situación en muchas regiones durante las últimas semanas, especialmente en las economías en desarrollo. En las Américas se perdió la mayor cantidad de tiempo de trabajo con el 18,3%, seguido por Europa y Asia Central con 13,9%, Oriente Medio con el 13,2% y África con el 12,1%.
La gran mayoría de los trabajadores del mundo, el 93%, continúan viviendo en países con algún tipo de cierre de lugares de trabajo, y las Américas experimentan las mayores restricciones.
El Observatorio de la OIT: COVID-19 y el mundo del trabajo presenta tres escenarios para la recuperación en el segundo semestre de 2020: uno neutro, otro pesimista y otro optimista. El resultado a largo plazo dependerá de la trayectoria futura de la pandemia y de las decisiones políticas de los gobiernos.
El estudio constata además el impacto que la pandemia tiene sobre las trabajadoras quienes, de forma más desproporcionada han sido más afectadas, creando el riesgo de que algunos de los modestos progresos en materia de igualdad de género alcanzados en las últimas décadas se pierdan y de que las desigualdades de género relacionadas con el trabajo se agudicen.
El grave impacto de la COVID-19 sobre las mujeres está relacionado con su representación mayoritaria en algunos de los sectores económicos más afectados por la crisis, tales como la hostelería, la restauración, el comercio y la industria manufacturera. A nivel mundial, casi 510 millones de todas las mujeres empleadas, alrededor del 40%, trabajan en los cuatro sectores más afectados, frente a 36,6% de hombres.
Las mujeres también predominan en los sectores del trabajo doméstico, la asistencia sanitaria y los servicios sociales, donde corren mayores riesgos de perder sus ingresos, de infectarse y de transmisión del virus, y es menos probable que tengan protección social.
La distribución desigual del trabajo de cuidado no remunerado antes de la pandemia también ha empeorado durante la crisis, exacerbada por el cierre de los colegios y de los servicios de cuidado.
Si bien los países han adoptado medidas políticas con una velocidad y un alcance sin precedentes, el Observatorio destaca algunos de los desafíos que es necesario enfrentar:
“Las decisiones que adoptemos ahora repercutirán durante los próximos años y más allá de 2030. Si bien los países se encuentran en fases diversas de la pandemia y es mucho lo que se ha hecho, debemos redoblar nuestros esfuerzos si queremos salir de esta crisis mejor que cuando comenzó”, declaró Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo.
La próxima semana se ha convocado una Cumbre Mundial sobre la COVID-19 y el mundo del trabajo virtual de alto nivel.
“Espero que los gobiernos, los trabajadores y los empleadores aprovechen esta oportunidad para presentar y escuchar ideas innovadoras, discutir las lecciones aprendidas y proponer planes concretos a fin de trabajar juntos y poner en práctica una recuperación con altos coeficientes de empleo, inclusiva, equitativa y sostenible. Todos nosotros debemos avanzar en el reto de construir un futuro del trabajo mejor”, concluyó Guy Ryder.