No hay pruebas suficientes para garantizar los pasaportes de inmunidad del coronavirus

Imagen del aeropuerto de Suvarnabhumi en Bangkok.
ONU Mujeres//Ploy Phutpheng
Imagen del aeropuerto de Suvarnabhumi en Bangkok.

No hay pruebas suficientes para garantizar los pasaportes de inmunidad del coronavirus

Salud

La agencia de la ONU para la salud señala que todavía no se han hallado pruebas científicas de que quienes hayan pasado el COVID-19 sean inmunes a una reinfección. Además, las pruebas de anticuerpos no son lo suficientemente precisas. Todo ello puede crear confusión entre la gente, llevándola a ignorar los consejos de salud pública y provocando que continúe la transmisión.

Algunos gobiernos han sugerido que la detección de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, podría servir como base para un pasaporte de inmunidad o certificado libre de riesgos que permitiría a las personas viajar o regresar al trabajo asumiendo que están protegidas contra la reinfección.

La Organización Mundial de la Salud ha advertido que actualmente no hay evidencia de que las personas que se hayan recuperado de COVID-19 y tengan anticuerpos estén protegidas de una segunda infección.

En una Guía sobre el ajuste de las medidas sociales y de salud pública para la próxima fase de la respuesta COVID-19 dirigida a los Gobiernos, la Organización explica que el desarrollo de la inmunidad a un patógeno a través de una infección natural es un proceso de varios pasos que generalmente se gesta durante una o dos semanas.

Respuesta innata, adaptativa e inmunidad

El cuerpo responde a una infección viral de inmediato con una respuesta innata no específica en la que los macrófagos, los neutrófilos y las células dendríticas ralentizan el progreso del virus e incluso pueden evitar que cause síntomas.

Esta respuesta no específica es seguida por una respuesta adaptativa donde el cuerpo produce anticuerpos que se unen específicamente al virus.

Estos anticuerpos son proteínas llamadas inmunoglobulinas. El cuerpo también produce células T que reconocen y eliminan otras células infectadas con el virus. Esto se llama inmunidad celular.

Esta respuesta adaptativa combinada puede eliminar el virus del cuerpo y, si es lo suficientemente fuerte, puede prevenir la progresión a una enfermedad grave o la reinfección por el mismo virus. Este proceso a menudo se mide por la presencia de anticuerpos en la sangre.

La Organización Mundial de la Salud continúa revisando la evidencia sobre las respuestas de anticuerpos a la infección por SARS-CoV-2.

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Una enfermera toma la temperatura a una niña en un Centro de Atención Primaria de Salud en Beirut, Líbano, durante el brote de COVID-19.
©UNICEF/Fouad Choufany
Una enfermera toma la temperatura a una niña en un Centro de Atención Primaria de Salud en Beirut, Líbano, durante el brote de COVID-19.

Niveles muy bajos de anticuerpos

La mayoría de estos estudios muestran que las personas que se han recuperado de la infección tienen anticuerpos contra el virus. Sin embargo, algunas de estas personas tienen niveles muy bajos de anticuerpos neutralizantes en la sangre, lo que sugiere que la inmunidad celular también puede ser crítica para la recuperación.

Hasta el 24 de abril de 2020, ningún estudio ha evaluado si la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 confiere inmunidad a la infección posterior por este virus en humanos.

Validez de las pruebas: falsos negativos y falsos positivos

Las pruebas de laboratorio que detectan anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en personas, incluidas las pruebas de inmunodiagnóstico rápido, necesitan una validación adicional para determinar su precisión y confiabilidad.

Las pruebas de inmunodiagnóstico inexactas pueden categorizar falsamente a las personas de dos maneras. La primera es que pueden etiquetar falsamente a las personas que han sido infectadas como negativas, y la segunda es que las personas que no han sido infectadas están falsamente etiquetadas como positivas.

Ambos errores tienen graves consecuencias y afectarán los esfuerzos de control.

Estas pruebas también necesitan distinguir con precisión entre infecciones pasadas por SARS-CoV-2 y las causadas por el conjunto conocido de seis coronavirus humanos.

Cuatro de estos virus causan el resfriado común y circulan ampliamente. Los dos restantes son los virus que causan el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente, también conocido como SARS, y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo, también llamado MERS.

Las personas infectadas por cualquiera de estos virus pueden producir anticuerpos que reaccionan de forma cruzada con los anticuerpos producidos en respuesta a la infección con SARS-CoV-2.

Muchos países ahora están probando anticuerpos contra el SARS-CoV-2 a nivel de la población o en grupos específicos, como trabajadores de la salud, contactos cercanos de casos conocidos o dentro de los hogares.

La Organización Mundial de la Salud apoya estos estudios, ya que son críticos para comprender el alcance de la infección y sus factores de riesgo. Estos estudios proporcionarán datos sobre el porcentaje de personas con anticuerpos COVID-19 detectables, pero la mayoría no están diseñados para determinar si esas personas son inmunes a infecciones secundarias.

El peligro de no seguir los consejos

Por todo ello, la agencia de la ONU asegura que “en este punto de la pandemia, no hay pruebas suficientes sobre la efectividad de la inmunidad mediada por anticuerpos para garantizar la precisión de un pasaporte de inmunidad o certificado libre de riesgos.

Las personas que asumen que son inmunes a una segunda infección porque han recibido un resultado positivo pueden ignorar los consejos de salud pública. Por lo tanto, el uso de dichos certificados puede aumentar los riesgos de que continúe la transmisión del COVID-19.