La ONU envía un cargamento de ayuda para luchar contra el coronavirus en Venezuela

La comunidad internacional está enviando ayuda humanitaria a venezolanos que lo necesitan.
OCHA/Gemma Cortes
La comunidad internacional está enviando ayuda humanitaria a venezolanos que lo necesitan.

La ONU envía un cargamento de ayuda para luchar contra el coronavirus en Venezuela

Ayuda humanitaria

Un avión con suministros médicos y de higiene ha aterrizado en el país para apoyar la respuesta contra el COVID-19. La prioridad es fortalecer el sistema de salud y el suministro de agua en el país sudamericano. Además, la Organización ha hecho un “llamado a la solidaridad, al acceso y al aumento de las contribuciones financieras” para ayudar a combatir la pandemia y salvar vidas.

Un avión con 90 toneladas de ayuda humanitaria aterriza este miércoles en Venezuela como parte de la respuesta de Naciones Unidas a la pandemia de coronavirus en el país.

El envío incluye 28.000 equipos de protección personal para los trabajadores sanitarios de primera línea, concentradores de oxígeno, camas pediátricas, productos para el control de la calidad del agua y kits de higiene, entre otros.

Según los datos proporcionados por el Gobierno, en Venezuela hay 166 casos confirmados de coronavirus hasta la fecha y 7 personas han muerto.

"Estos suministros para niños, mujeres y familias apoyarán en una fase inicial a 14 hospitales designados para la respuesta a la COVID-19, así como 50 clínicas ambulatorias y centros de desarrollo infantil", dijo Herve Ludovic de Lys, representante de UNICEF en Venezuela.

Los suministros son financiados por donantes internacionales, el Fondo Central de Respuesta a Emergencia de las Naciones Unidas (CERF en inglés) y fondos propios de las agencias ONU.

Situación humanitaria

Dioximar Guevara vive con sus cinco hijos en San Félix, un barrio pobre de Puerto Ordaz, la principal ciudad de Bolívar, Venezuela.
OCHA/Gemma Cortes

 

Ya antes de la llegada del coronavirus, siete millones de venezolanos necesitaban ayuda humanitaria y muchos se enfrentaban a “retos abrumadores para sobrevivir”, según dijo el coordinador humanitario de Naciones Unidas tras visitar el país en noviembre.

Ahora, la “caída de los precios del petróleo, el impacto sobre la actividad económica de la cuarentena social y la reducción en la demanda de los hogares por la pérdida de ingresos podría aumentar las necesidades humanitarias de las personas más vulnerables”, señala la Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria en su última actualización del 2 de abril.

El 30 de marzo, una comisión de expertos de la salud para hacer frente a la pandemia, publicó los resultados de una encuesta nacional de impacto del COVID-19, en la que se reflejan “fallas en la disponibilidad de insumos médicos y de higiene básicos en el sector salud, así como interrupciones en los servicios públicos de agua, electricidad, combustible y gas”. Según los datos, el nivel de desabastecimiento de guantes en el sector salud sería del 25%, de tapabocas del 45% y de jabón del 65%. La encuesta también resalto que la disponibilidad es a menudo intermitente cuando estos insumos existen.

Además, la oficina humanitaria destaca que se han reportado fallas en  servicios públicos como electricidad y agua, especialmente en los estados Bolívar, Carabobo, Cojedes, Guárico, Lara, Falcón, Portuguesa, Táchira, Trujillo y Zulia. Estas fallas “crean desafíos” para seguir las recomendaciones de higiene preventivas del COVID-19 en las comunidades.

País vulnerable al coronavirus

Por todo ello y en apoyo a los esfuerzos nacionales para responder a la pandemia mundial, las Naciones Unidas han incluido a Venezuela como uno de los países “vulnerables” al COVID-19 y solicita 61 millones de dólares para ampliar la respuesta humanitaria, dentro de un plan mundial por valor de 2000 millones de dólares.

El Plan de respuesta al COVID-19 en Venezuela se centra en fortalecer el sistema de salud para identificar y tratar rápidamente a los pacientes; abastecimiento de agua, higiene y saneamiento en los hospitales y comunidades y el suministro de información al público para evitar la propagación del virus. El plan también apoyará otros programas humanitarios fundamentales relativos a la seguridad alimentaria, la nutrición, la protección y la educación.

En una primera fase, se dará prioridad a 16 hospitales, ubicados en Caracas y 9 estados (Anzoátegui, Apure, Bolívar, Falcón, La Guaira, Lara, Miranda, Táchira y Zulia) en los que también trabajará en el acceso a agua, saneamiento e higiene en las comunidades más vulnerables. La priorización responde a criterios de mayor densidad de población, mayor número de casos reportados, mayor riesgo de exposición, y zonas con una capacidad operativa inmediata de las organizaciones humanitarias.

La Organización Panamericana de la Salud, la rama en la región de la agencial de salud de la ONU, continúa apoyando a las autoridades nacionales en el desarrollo de pautas de vigilancia, laboratorio, atención al paciente y comunicación de riesgo. Han entregado pruebas de diagnóstico (cebadores para PCR y panel de virus respiratorio) para 100 determinaciones y posteriormente harán llegar de tres kits de tamizaje y un kit de diagnóstico específico

Financiación y sanciones

Las Naciones Unidas hacen un “llamado a la solidaridad, al acceso y al aumento de las contribuciones financieras” para ayudar a combatir la pandemia y salvar vidas, al tiempo que instan a los donantes a mantener la financiación al Plan de Respuesta Humanitaria existente. Hasta ahora, se han recibido 75,9 millones (el 34 por ciento de los casi 223 millones requeridos).

El 24 de marzo, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió que se atenúen las sanciones sectoriales que aplican a Venezuela entre otros países, en vista de su posible repercusión negativa sobre el sector de la salud y los derechos humanos y para facilitar la lucha contra el COVID-19. También pidió Venezuela y los demás países sancionados que proporcionen información transparente, acepten las ofertas de asistencia humanitaria y ofrezcan a las organizaciones nacionales e internacionales las garantías necesarias para realizar su labor humanitaria sin interferencias.