El terrorismo se extiende y desestabiliza regiones enteras, advierte el Secretario General

El Secretario General visita un centro de capacitación contra el terrorismo en Kamakunji, Kenya.
PNUMA/Duncan Moore
El Secretario General visita un centro de capacitación contra el terrorismo en Kamakunji, Kenya.

El terrorismo se extiende y desestabiliza regiones enteras, advierte el Secretario General

ONU y Secretario General

El trauma que provoca el terrorismo afecta la vida de familias, comunidades, países y regiones. Es urgente que la comunidad internacional cierre filas en el combate a este flagelo, señaló António Guterres en una conferencia en Kenya.

El Secretario General de la ONU expresó su solidaridad con las víctimas de los ataques extremistas en África y recordó que el trauma que dejan esas acciones causa gran sufrimiento en las familias y afecta a comunidades, países y regiones enteras.

Durante su participación este miércoles en la sesión de apertura de una conferencia regional sobre el combate al terrorismo y la prevención del extremismo que tiene lugar en Nairobi, António Guterres rememoró el sitio impuesto por un grupo integrista a un complejo hotelero en la capital keniana en enero pasado, que dejó un saldo de 21 muertos.

El deterioro de la situación en el Sahel y  los crecientes riesgos en África occidental también son muy preocupantes, agregó refiriéndose a los ataques de las milicias armadas en la región del lago Chad, el centro de Mali, Burkina Faso y Níger.

Luchar contra la exclusión, la marginación, la inequidad y el abuso, las condiciones que llevan a mucha gente a la radicalización y al conflicto.

Ante este panorama, “es urgente que la comunidad internacional apoye a los Estados miembros de esta región”. La gente de África está “a la vanguardia de los esfuerzos por detener el terrorismo y la propagación del extremismo violento”, dijo Guterres.

El papel de la mujer es inspirador

El titular de la ONU encomió la determinación de los africanos para encontrar soluciones al fenómeno del terrorismo y subrayó el papel de la mujer en las tareas de prevención, calificándolo como “inspirador”.

“En todo el continente, las mujeres están tomando el problema en sus manos”, señaló para luego destacar que todos los grupos terroristas, independientemente de su ideología, subyugan a las mujeres y niñas.

Las mujeres trabajan con los líderes locales, los alcaldes, los jóvenes, los niños y los hombres “para luchar contra la exclusión, la marginación, la inequidad y el abuso, las condiciones que llevan a mucha gente a la radicalización y al conflicto”, apuntó.

Pero estos esfuerzos no podrán dar frutos sin el compromiso político a largo plazo de la comunidad internacional. Además de los mandatos firmes y claros del Consejo de Seguridad, debe haber un apoyo financiero suficiente y sostenible para las operaciones de paz y antiterroristas en África.

“No debemos permitir que el terrorismo socave el gran progreso que se ha logrado en este continente”, enfatizó, y añadió que la paz, la integridad y la prosperidad de África son prioritarias para las Naciones Unidas.

Violencia y abuso de poder

El Secretario General llamó a los Estados africanos y a la comunidad internacional a sumar fuerzas contra el terrorismo y afirmó que se debe hacer mucho más para encarar tanto las causas como a los impulsores del extremismo violento.

La ONU respalda en los países africanos los proyectos de desarrollo de capacidades orientados a mitigar la amenaza de los combatientes terroristas extranjeros, al igual que las iniciativas para empoderar a la juventud, contrarrestar el financiamiento al terrorismo y mejorar la seguridad en la aviación.

“No hay justificación posible para el terrorismo y el extremismo, pero tenemos que reconocer que no son fenómenos que surjan de la nada”, aseveró.

Guterres indicó que frente a la injusticia, “las promesas de empoderamiento resultan atractivas donde se violan los derechos humanos, se ignora la buena gobernanza y se aplastan las aspiraciones a una vida mejor”.

La falta de acceso a la educación y la pobreza son factores que llevan a la radicalización, pero la gota que derrama el vaso es la violencia estatal y el abuso de poder, recalcó.

Finalmente, insistió en que los Estados deben redoblar los trabajos para abordar los factores de riesgo. Deben prevenir los conflictos, fortalecer las instituciones del Estado y de la sociedad civil, fomentar una paz duradera y promover el desarrollo sostenible para reducir la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades que alimentan la desesperación y conducen al extremismo.