Un proyecto de energía verde que está llevando electricidad al campamento de refugiados de Kakuma en Kenia.

De la filantropía al negocio: cómo la energía no contaminante impulsa el desarrollo sostenible

EDP - ENERGIAS DE PORTUGAL SA
Un proyecto de energía verde que está llevando electricidad al campamento de refugiados de Kakuma en Kenia.

De la filantropía al negocio: cómo la energía no contaminante impulsa el desarrollo sostenible

Objetivos de Desarrollo Sostenible

Unos 600 millones es el número de personas que carecen de acceso a la electricidad en África. Las energías renovables permiten el acceso universal a la energía de una manera más barata, rápida y eficiente. El sector privado, que ha financiado proyectos para construir este tipo de fuentes energética de manera benéfica, empieza a ver que existe un negocio.

Hasta hace poco, los servicios básicos del distrito de Namacurra -como las escuelas, los centros de salud e incluso la energía- no estaban conectados a la red eléctrica regional. Se estimaba que conectar esta zona de Mozambique ubicada en la provincia de Zambezia y situada a unos 1500 km de la capital, Maputo, sería un proyecto a largo término y muy costoso.

Sin embargo, esta situación puede cambiar en los próximos meses gracias a una nueva iniciativa de energía no contaminante respaldada por las Naciones Unidas que parece destinada a cambiar las perspectivas de Namacurra, e impulsar el desarrollo sostenible en beneficio de miles de personas reubicadas en la zona tras las devastadoras lluvias de 2015. A su vez, el proyecto presagia una mejora de las perspectivas de otras zonas de África económicamente desfavorecidas.

El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, conocido como ONU-Hábitat, junto a la empresa portuguesa EDP, están instalando un centro de energía solar que suministrará energía no contaminante y renovable a 12 aulas que fueron diseñadas para soportar vientos de 180 kilómetros por hora.

Se prevé que la repercusión de este proyecto en la comunidad sea de gran impacto, ya que permitirá estudiar de noche a unos 1300 alumnos y que sus habitantes puedan acceder a internet y cargar sus teléfonos móviles pagando una módica cuota.

Pero esas no son las únicas ventajas que proporcionará esta iniciativa. Al mismo tiempo, incrementará las posibilidades de sobrevivir a ciclones o inundaciones, gracias a un sistema de alerta temprana, a través de mensajes SMS enviados por el Gobierno, un método que sólo funciona en comunidades con acceso a la energía.

"Siempre y cuando se pueda prestar este tipo de servicio en la escuela, la gente al menos podrá comunicarse con el mundo exterior, que es el principal impedimento cuando se produce una emergencia, cuenta Juan Hurtato Martínez, arquitecto de ONU-Hábitat y director del proyecto.  "De este modo, se aseguran el poder recibir las alertas rápidamente en caso de emergencia."

Escuela en el distrito de Namacurra, en la provincia de Zambézia, Mozambique.
ONU-Habitat
Escuela en el distrito de Namacurra, en la provincia de Zambézia, Mozambique.

Expansión en el este de África

Aunque el proyecto fue respaldado por el área benéfica de EDP, la compañía lo considera una inversión adecuada en África, en concordancia con el llamado de la ONU para que las empresas desempeñen su rol en el cambio hacia una "economía verde", que evite la dependencia de combustibles fósiles como el carbón y el gas.

"El continente con más recursos naturales -tales como el sol, el viento, el agua, la biomasa y otros- es, sin lugar a dudas, el africano", afirma Guilherme Collares Pereira, director de Relaciones Internacionales de EDP. "Por consiguiente, es lógico participar en un mercado que tiene recursos y necesidades."

Pereira cifra en unos 600 millones el número de personas que carecen de acceso a la electricidad en África y añade que está "más que demostrado que las energías renovables permiten el acceso universal a la energía de una manera más barata, rápida y eficiente".

El proyecto en el distrito de Namacurra es uno de los seis que cuenta con el apoyo de la compañía EDP en África, junto a los que posee en Kenia, Tanzania y Malawi. 

Así, gracias a la construcción de una minicentral, suministrará electricidad, según las necesidades de consumo, a los refugiados de Kakuma, un campamento que alberga a más de 186.000 personas en la región noroeste de Kenia. "Es un concepto muy interesante que se puede replicar en todo el campamento", dice Pereira, "pero también se puede copiar en otros campos de refugiados, no solamente en el Cuerno de África sino en todo el mundo".

Paneles solares similares a los que están instalando ONU-Hábitat y EDP en África oriental.
EDP - ENERGIAS DE PORTUGAL SA
Paneles solares similares a los que están instalando ONU-Hábitat y EDP en África oriental.

La sostenibilidad como oportunidad de negocio

Pereira indica que la Agenda 2030 de las Naciones Unidas supone una oportunidad para EDP.  "Cuando empezamos a implicarnos en este tipo de proyectos hace diez años nos guiábamos más por nuestra política de responsabilidad corporativa, pero hoy en día se trata más bien de una cuestión de negocios".

En 2018 la compañía invirtió 12 millones de euros en empresas que ya trabajaban en el sector de las energías renovables en el este de África. De momento no son tan rentables como los negocios típicos de EDP", señala, "pero hemos emprendido un viaje, y estamos descubriendo cómo evoluciona el proceso. Así, en los próximos dos años, cuando estemos preparados, podremos invertir en más empresas y hacer que crezcan en previsión a la entrada en otros mercados".

"El potencial es enorme: la tecnología asociada a las energías renovables cada vez es mejor, más eficiente y más resistente. Además, los países y la comunidad internacional proporcionan bastantes instrumentos e incluso financiación en apoyo a estos proyectos. Se dan todas las condiciones para su crecimiento y es de vital importancia que el sector privado entre en este mercado".

¿Qué es el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12?

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 de la Agenda 2030, busca garantizar modelos de consumo y producción sostenibles, lo que incluye la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles que generan desechos y contaminación, y el fomento de la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales. Según las Naciones Unidas, en 2018 un total de 108 países desarrollaron políticas e iniciativas nacionales relacionadas con el consumo y la producción sostenibles.