La ONU pide 202 millones dólares para medio millón de libios sin agua ni comida

Los niños libios corren graves riesgos debido a la escalada de violencia en su país.
OCHA/Giles Clarke
Los niños libios corren graves riesgos debido a la escalada de violencia en su país.

La ONU pide 202 millones dólares para medio millón de libios sin agua ni comida

Ayuda humanitaria

El bienestar de decenas de miles de niños, mujeres y hombres en Libia afecta gravemente al país africano tras siete años de inestabilidad e inseguridad. En la actualidad miles de familias no pueden costearse los alimentos, el agua y los artículos domésticos básicos.

Las Naciones Unidas lanzaron este martes su Plan de Respuesta Humanitaria para Libia en el que solicita a la comunidad internacional de donantes 202 millones de dólares. La ayuda se destinará a proporcionar protección, asistencia sanitaria, agua y saneamiento, refugio y educación para 552.000 personas vulnerables.

Pese a que la mayoría de las personas necesitadas se encuentran en zonas urbanas muy pobladas de las regiones occidental y oriental del país, las que se enfrentan a condiciones más críticas se ubican en la zona costera de Sirt y en las zonas meridionales del país como Murzuq, Sebha y Alkufra, donde el acceso es difícil debido a la inestabilidad.

La ayuda se destinará principalmente, un 58% a los desplazados internos libios, repatriados y comunidades de acogida, mientras que el resto se prevé asignar a migrantes y refugiados.

Protección

El bienestar de decenas de miles de niños, mujeres y hombres en Libia afecta gravemente al país africano tras siete años de inestabilidad e inseguridad. En la actualidad miles de familias no pueden costearse los alimentos, el agua y los artículos domésticos básicos.

Según los cálculos de la ONU, alrededor de medio millón de personas necesitan protección que se destinará a la protección de menores, las personas afectas por la violencia de género, y la defensa de los civiles, especialmente los desplazados internos y repatriados que residan en las zonas afectadas por los remanentes explosivos de guerra, como las minas terrestres. También para ayudar a unos 6000 migrantes y refugiados que se encuentran en situación de detención.

Haleema sostiene a sus gemelos de dos meses en un campamento para desplazados internos que huyeron de la ciudad de Tawergha, ahora destruida, a unos 600 kilómetros al oeste de Bengasi.
OCHA/Giles Clarke
Haleema sostiene a sus gemelos de dos meses en un campamento para desplazados internos que huyeron de la ciudad de Tawergha, ahora destruida, a unos 600 kilómetros al oeste de Bengasi.

Sanidad

La prolongada crisis en el país africano ha debilitado la capacidad técnica y operativa del personal sanitario y ha provocado que los grupos de personas con necesidades especiales tengan un acceso limitado a centros sanitarios.

El 17,5% de los hospitales, el 20% de los centros de atención primaria y el 18% de los centros especializados están parcialmente dañados o completamente destruidos.

La respuesta humanitaria se centrará en un paquete mínimo de servicios integrados de atención primaria y secundaria, el fortalecimiento de la vigilancia de las enfermedades y el refuerzo de las capacidades del personal sanitario.

Educación

El número de menores libios, migrantes y refugiados en edad escolar (6-17 años) afectados por el conflicto asciende a 343.000.  El acceso a la educación sigue siendo una de las prioridades clave para los retornados, la mayoría de los cuales se ubican en las ciudades de Bengasi y Sirt.

Entre los objetivos de aprendizaje se busca ampliar el acceso equitativo a la educación formal y no formal para menores vulnerables en edad escolar y mejorar la calidad de los servicios de educación.

Un niño lesionado posa ante la cámara en el campamento de desplazados internos de Qaryounis.
OCHA/Giles Clarke
Un niño lesionado posa ante la cámara en el campamento de desplazados internos de Qaryounis.

Refugio, agua y saneamiento

En relación a la situación de alojamiento se proporcionará refugio de emergencia a los desplazados internos más vulnerables, retornados, migrantes, refugiados y la población afectada por el desplazamiento de larga duración.

Del mismo modo, se actuará en la mejora de las instalaciones de agua, saneamiento e higiene en los centros de detención, el progreso a la respuesta durante emergencias (por ejemplo, el transporte de agua por carretera) y la prestación de apoyo técnico para el acceso a agua potable en comunidades, campamentos de desplazados internos, escuelas y centros sanitarios.

Continúa la inseguridad alimentaria

Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos destacó este martes que la inseguridad alimentaria sigue siendo un problema debido a los desplazamientos prolongados, las perturbaciones del mercado y la menor producción de alimentos.

A esta situación se le ha de añadir que las importaciones de alimentos disminuyeron durante el año pasado debido al limitado acceso a los puertos y al bloqueo de las carreteras.

Los precios de muchos alimentos básicos, como el arroz y la harina de trigo, aumentaron hasta un 200% en comparación con los niveles anteriores al conflicto.

Sin embargo, también destacó que la introducción de reformas económicas a mediados de septiembre provocó la apreciación del dinar libio y permitió a los comerciantes importar mercancías a un precio más bajo. Esta situación causó una rebaja de precios de los productos en los comercios libios.

Otros datos importantes según el PMA:

  • La desnutrición crónica afecta a un 21% de los niños entre seis meses y cinco años.

  • En diciembre de 2018 se atendió a 96.346 personas.

  • La previsión para enero es asistir a 102.285 personas.

La mayoría de los hospitales fuera de servicio

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud documentó más de 41 ataques contra trabajadores e instalaciones sanitarias en el período 2018-2019.

Durante esa fase, los asaltos provocaron la muerte de 6 trabajadores sanitarios y pacientes, 25 profesionales de la salud resultaron heridos y 7 agredidos.

La OMS recordó que alrededor del 75% de las instalaciones sanitarias están cerradas o funcionan sólo parcialmente debido a la crisis política actual, y hay una grave escasez de personal sanitario.