Jessica Hernández transporta sobre su espalda una de las lavadoras que alquila a los vecinos de Soacha, Colombia

Cuatro lavadoras y una máquina de coser para salir adelante

Fundación Microfinanzas BBVA
Jessica Hernández transporta sobre su espalda una de las lavadoras que alquila a los vecinos de Soacha, Colombia

Cuatro lavadoras y una máquina de coser para salir adelante

Mujer

Jessica Hernández cría a sus cuatro hijos y gestiona dos pequeños negocios en Soacha, a las afueras de Bogotá. Ha pasado años andando por su barrio cargando una lavadora que alquila  a sus vecinos.

Jessica Hernández ha sacado adelante a sus cuatro hijos ella sola, cargando una lavadora sobre su espalda.

Esta mujer de 28 años se gana la vida alquilando lavadoras y cosiendo ropa para niños. 

 Jessica vive en una de las zonas más deprimidas de Bogotá: Soacha. Un barrio sin sistema de alcantarillado, ni agua corriente a donde llegan los que huyen de la violencia de los grupos guerrilleros o los delincuentes comunes. “Mi barrio es muy bonito a pesar de todas las cosas que le hacen falta”, dice. La frase resume la actitud vital de Jessica, que gracias a su trabajo ha logrado comprarse un refrigerador, arreglar el techo de su casa y comenzar a ahorrar para pagar la educación de sus hijos.

En marzo estuvo en Nueva York para contar en la ONU cómo ha logrado prosperar.  Es la primera vez que sale de Colombia. "El viaje súper, riquísimo, soleadito, despejado, se podía ver para abajo…totalmente chévere”, relata.

 “Toda mi vida he trabajado”, cuenta en una entrevista con Noticias ONU. “Yo trabajaba en el campo con mi mamá desde muy niña. Desde que tengo uso de memoria he trabajado. En el campo atendíamos a las gallinas, íbamos a recoger cacao, a sembrar maíz, a recoger café”.

Jessica comenzó a alquilar lavadoras por horas. Las cargaba sobre sus hombros y las llevaba de casa en casa. “Empecé un proyecto que necesitaba agua donde no la hay. El agua llega cada 15 días, cada mes… me afecta muchísimo. Cuando monté el negocio más de uno me dijo vas a fracasar. Yo dije déjeme con mi fracaso, tengo lavadora en la casa. Seguí con mi terquedad y fue muy favorable. Compré tres lavadoras más”, añade.

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