Compartir una foto de tu comida estas fiestas puede alimentar a un niño

Emilia Felipe Jose hace tortillas en su casa de San Lorenzo, México, un lugar con gran población Guatemalteca que ha huido de sus países.
©Alex Webb/ FAO
Emilia Felipe Jose hace tortillas en su casa de San Lorenzo, México, un lugar con gran población Guatemalteca que ha huido de sus países.

Compartir una foto de tu comida estas fiestas puede alimentar a un niño

Ayuda humanitaria

Seguro que en estas fiestas estás subiendo fotos de tus comidas y dulces a las redes. Con la aplicación "Share the Meal" y una donación de unos centavos, esa foto puede alimentar a alguien que no tiene tanta suerte. 

Vivimos en un sociedad digital, en la que muchas veces, antes de tomar el tenedor y el cuchillo para comer, agarramos nuestro teléfono de última generación para fotografiar la comida y compartirla en las redes sociales. ¿Pero qué pasaría si pudiéramos utilizar este nuevo hábito del siglo XXI para hacer del mundo un lugar mejor?

La aplicación Share The Meal, o Comparte tu Comida, del Programa Mundial de Alimentos está logrando esta realidad.

¨A través de la app Share the Meal se lanzan campañas que se destinan a diferentes contextos periódicamente. En este momento se está dedicando a ayudar a niños refugiados en Bangladesh de la minoría Rohingyá que huye de Myanmar y también facilita comidas escolares en Uganda. Además, contribuyen a combatir el hambre en el noreste de Nigeria donde hay miles de desplazados a consecuencia de la violencia”, nos explica Lucía Fernandez, especialista de comunicaciones del Programa.

La aplicación, que está disponible en varios idiomas, permite poner un marco a las fotos de nuestras comidas y compartirlo directamente en las redes sociales, por una donación de 40 céntimos de euro o 50 centavos de dólar, una cantidad que en nuestro cotidiano vivir nos puede parecer insignificante, o tal vez tan sólo puede contribuir a un caramelo o a completar el cambio para el autobús, pero puede poner comida en la mesa de un niño sirio o yemenita, e incluso ayudar a pequeños en América Latina que día a día no saben de dónde vendrá su próxima cena.

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