La ONU aplaude el alto el fuego en Afganistán

Una concurrida rotonda en Kabul, la capital de Afganistán; las Naciones Unidas han acogido con beneplácito un alto el fuego por la festividad de Eid al Adha.
UNAMA/Fardin Waezi
Una concurrida rotonda en Kabul, la capital de Afganistán; las Naciones Unidas han acogido con beneplácito un alto el fuego por la festividad de Eid al Adha.

La ONU aplaude el alto el fuego en Afganistán

Paz y seguridad

La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) celebró la decisión del Gobierno de ese país de solicitar un alto al fuego provisional con los talibanes para celebrar la festividad musulmana del Eid al Adha, que tendrá lugar este martes.

El representante especial del Secretario General en Afganistán, Tadamichi Yamamoto, destacó que el cese de hostilidades aumenta las probabilidades de celebrar conversaciones de paz que sirvan para encontrar una solución política al conflicto.

"Es importante aprovechar todas las oportunidades para lograr un final negociado del conflicto para que todos los afganos puedan disfrutar de la vida en paz que tan desesperadamente desean y necesitan", dijo Yamamoto.

Por su parte, la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU destacó que durante los seis primeros meses del año murieron 1692 civiles a causa del conflicto, el mayor número de fallecimientos en la última década, que más de 130 escuelas sufrieron ataques y dos centros sanitarios fueron destruidos por completo.

Además, durante el primer semestre los ataques contra trabajadores humanitarios crecieron un 20%, con 23 de ellos muertos, 37 heridos y 74 secuestrados.

“Las guerras tiene sus normas. Cada vez que se rompen aumenta el sufrimiento de los niños y niñas de Afganistán”, declaró el coordinador humanitario en ese país, Toby Lanzer con motivo de la celebración del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.

Afganistán es uno de los tres países más peligrosos del mundo para los trabajadores humanitarios junto a Sudán del Sur y Siria.

La Oficina de la ONU también destacó que la violencia afecta cada vez más a los centros sanitarios y a los profesionales de la salud, en especial a médicos, enfermeras y parteras.

Más de 140 hospitales tuvieron que cerrar el año pasado debido a las actividades de grupos armados. Esta situación impidió el acceso a los centros de salud a dos millones de afganos.

Esta preocupante tendencia continua este año y entre los meses de julio y agosto más de 300.000 personas fueron privadas de atención médica en la provincia de Zabul.