El hambre y la desesperación empujan a grupos indígenas a salir de Venezuela

Una mujer y un niño indígenas de Venezuela en un albergue en Pacaraima, Brasil.
ACNUR/Reynesson Damasceno
Una mujer y un niño indígenas de Venezuela en un albergue en Pacaraima, Brasil.

El hambre y la desesperación empujan a grupos indígenas a salir de Venezuela

Migrantes y refugiados

Los grupos indígenas Warao y Wayúu están abandonando sus tierras en Venezuela para buscar protección en Brasil y Colombia, debido a la escasez de medicinas y alimentos.

Cuando la hija menor del líder comunal indígena, Eligio Tejerina, cayó enferma con neumonía, su condición se vio agravada por la severa escasez que enfrenta su nativa Venezuela.

Sus cinco hijos sobrevivientes ya estaban débiles y afligidos por el hambre. Sin posibilidad de encontrar alimento en el mercado local, su única opción era irse.

“Decidimos venir a Brasil porque nuestros hijos estaban muriendo de hambre. Ellos lloraban por el hambre. Solo comían una vez al día, por la noche. Únicamente una pequeña porción”.

Decidimos venir a Brasil porque nuestros hijos estaban muriendo de hambre

La escasez generalizada de alimentos y medicinas, la inflación que continúa en aumento, los disturbios políticos y la violencia están causando que cientos de miles de venezolanos abandonen su tierra natal y busquen la seguridad en el exterior.

A medida que la situación empeora en el país, un número cada vez mayor de indígenas como Tejerina y su familia, que recorren las fronteras del país, necesitan asistencia humanitaria y protección en las vecinas Brasil y Colombia.

El líder de la comunidad Warao, Eligio Tejerina, de 33 años, está sentado en una hamaca junto a sus hijos en el albergue Pintolandia en Boa Vista, en el norte de Brasil.
ACNUR/Reynesson Damasceno
El líder de la comunidad Warao, Eligio Tejerina, de 33 años, está sentado en una hamaca junto a sus hijos en el albergue Pintolandia en Boa Vista, en el norte de Brasil.

 

Lee la historia completa

Producción: ACNUR / Flávia Faria en Boa Vista, Brasil y Nadia Williamson en La Guajira, Colombia