Urge un mayor compromiso político para poner fin a la tuberculosis, dice la OMS

Enfermos de tuberculosis son asistidos en Thailandia  Foto: IRIN/Sean Kimmons
Enfermos de tuberculosis son asistidos en Thailandia Foto: IRIN/Sean Kimmons

Urge un mayor compromiso político para poner fin a la tuberculosis, dice la OMS

Los planes globales de combate a la tuberculosis han salvado unos 53 millones de vidas desde el año 2000 y han reducido un 37% el índice de mortalidad debido a ese padecimiento, informó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El estudio anual sobre la enfermedad reveló, no obstante, que la tuberculosis siguió siendo la mayor causante de decesos por males infecciosos en 2016.

La agencia de la ONU indicó que los avances contra el padecimiento se encuentran estancados en la mayoría de los países y que persisten las deficiencias en materia de tratamiento y prevención.

Ante estos datos, el director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, dijo que para cumplir con la meta de poner fin a la tuberculosis para el 2030 es imperativo un compromiso político que no se limite a la retórica, sino que se traduzca en acciones e inversiones concretas.

“Necesitamos un enfoque dinámico, mundial y multisectorial”, recalcó.

En este renglón, Tedros consideró que la conferencia ministerial y la reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU sobre el tema a celebrarse en Moscú antes de fin de año y en 2018, respectivamente, darán ímpetu al combate de la enfermedad y alentarán a todos los sectores a acelerar la marcha hacia el objetivo de eliminar la tuberculosis.

Según la OMS, la tuberculosis es la principal responsable de muertes relacionadas con la resistencia antimicrobial, además de ser la enfermedad que se cobra más víctimas entre los portadores del VIH.

En 2016 se registraron 10,4 millones de casos nuevos de tuberculosis en el mundo, 10% de los cuales son personas seropositvas. El 64% de los enfermos se concentraron en siete países: India, Indonesia, China, Filipinas, Pakistán, Nigeria y Sudáfrica.

Las muertes por la enfermedad sumaron 1,7 millones durante el mismo año, lo que marcó una reducción de 4% con respecto a 2015.