ONU expresa preocupación por reportes de fuerza excesiva en operativos de seguridad en Myanmar

El Secretario General de la ONU, António Guterres. Foto de archivo: ONU/Jean Marc Ferré
El Secretario General de la ONU, António Guterres. Foto de archivo: ONU/Jean Marc Ferré

ONU expresa preocupación por reportes de fuerza excesiva en operativos de seguridad en Myanmar

El Secretario General de la ONU dijo este viernes estar profundamente preocupado por los reportes de fuerza excesiva durante las operaciones de seguridad de las autoridades de Myanmar en el estado de Rakhine, y llamó a la moderación y a la calma para evitar una catástrofe humanitaria.

En un comunicado publicado por su portavoz, António Guterres recordó al gobierno de Myanmar su responsabilidad de proporcionar seguridad y asistencia a todas las personas necesitadas y de permitir a las Naciones Unidas y a sus socios extender el apoyo humanitario.

Guterres aseguró que la situación que se vive en el estado de Rakhine debe ser abordada con una mirada holística que se enfoque en las causas de fondo de la violencia e instó a las autoridades a aplicar las recomendaciones de la Comisión Asesora sobre Rakhine, liderada por el ex Secretario General Kofi Annan.

El titular de la ONU agradeció los esfuerzos del gobierno de Bangladesh para atender las necesidades de los recién llegados a su frontera y alentó a las autoridades de este país a garantizar que los refugiados que lo dejaron todo para huir de la violencia, puedan beneficiarse del apoyo de las Naciones Unidas y sus socios.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) reportó que decenas de miles de personas de la etnia Rohingya que residían en el estado de Rakhine, en su mayoría mujeres y niños, están huyendo hacia Bangladesh tras la escalada de las tensiones entre esta comunidad y las autoridades de Myanmar.

El 25 de agosto más de 20 puestos de policía fueron atacados con bombas caseras en atentados simultáneos y coordinados por presuntos militantes musulmanes dejando más de 70 oficiales muertos. El hecho ha causado una serie de operaciones de seguridad por parte de las autoridades en las aldeas Rohingya.