El cierre de la Villa Latina en Londres es una amenaza a la dinámica cultural

La relatora especial sobre los derechos culturales, Karima Bennoune . Foto de archivo: ONU/Jean-Marc Ferré.
La relatora especial sobre los derechos culturales, Karima Bennoune . Foto de archivo: ONU/Jean-Marc Ferré.

El cierre de la Villa Latina en Londres es una amenaza a la dinámica cultural

Los planes de cerrar el mercado de Londres como parte de un proyecto de gentrificación es una amenaza para la vida cultural, advirtió este jueves un grupo de relatores de la ONU en derechos humanos.

El mercado de las Siete Hermanas en el distrito londinense de Haringey sería clausurado de acuerdo con el plan de desarrollo, explicaron los expertos en un comunicado.

Las autoridades británicas deberían tener en cuenta las consecuencias sobre los derechos económicos, sociales y culturales de las personas que viven y trabajan en el mercado, dijeron los relatores.

Mencionaron que consta de unas 120 tiendas pequeñas, la mayoría de ellas administradas por familias con pocos empleados.

Además, más del 55% de los dueños de esos negocios son de descendencia u origen latinoamericano o hispano. Los restantes provienen de 21 sitios diferentes.

El mercado, también llamado “Villa Latina”, es un espacio de renombre que acoge intercambios culturales entre los dueños de los locales y sus familias, así como la gente de la zona y de la comunidad de latinoamericanos en Londres.

Según los relatores, el proyecto de regeneración de la zona los obligaría a reubicarse y detener sus actividades comerciales, lo cual tendría un impacto desproporcionado en las minorías y sus derechos a la participación igualitaria en la economía, y la vida social y cultural del país.

Los relatores llamaron al Estado a proteger a las personas de esas violaciones de sus derechos humanos y a las empresas a respetarlos, así como a abordar los impactos adversos.

Los expertos que emitieron este comunicado son: Karima Bennoune, para el ámbito de los derechos culturales, Surya Deva, actual Presidente del Grupo de Trabajo sobre las empresas y los derechos humanos; y Rita Izsak-Ndiaye, sobre las cuestiones de las minorías.

Los relatores son expertos independientes designados por Consejo de Derechos Humanos y abordan situaciones específicas. No son funcionarios de la ONU y actúan en su capacidad personal, independientemente de gobiernos y organizaciones.