OIM llama a Honduras a garantizar los derechos de los niños y adolescentes retornados
La exhortación fue hecha tras la elaboración de una encuesta que reveló que muchas de las familias de esos menores viven en condiciones precarias o que los colocan en una situación vulnerable.
La OIM enfatizó el derecho de niños y adolescentes a gozar del más alto nivel de salud posible y a crecer en un entorno digno en el que se priorice su protección y se les brinde lo necesario para que alcancen el máximo de su potencial.
Según la encuesta, el 94,6% de las familias de los niños y adolescentes migrantes no acompañados vive en el área urbana de Honduras y tiene en promedio 6 personas habitando en el hogar.
Si bien la mayor parte tiene electricidad y agua potable, el 50% no tiene acceso a un inodoro conectado al alcantarillado, lo que contribuye a la transmisión de bacterias, virus y parásitos, además de que puede poner en riesgo de abuso sexual a las niñas o mujeres cuando la letrina o fosa séptica se encuentra fuera de la casa.
Por otro lado, una de cada diez niños y adolescentes retornados habita en viviendas con piso de tierra y con paredes de bahareque o adobe. Según el Banco Mundial, los pisos de tierra son indicadores primarios de pobreza.