Equipos humanitarios temen por la vida de 750.000 personas en el oeste de Mosul

Niños Iraquíes reciben ayuda humanitaria al este de Mosul. Foto: UNICEF/Khuzaie
Niños Iraquíes reciben ayuda humanitaria al este de Mosul. Foto: UNICEF/Khuzaie

Equipos humanitarios temen por la vida de 750.000 personas en el oeste de Mosul

100 días después del comienzo de la ofensiva del ejército iraquí para recuperar a Mosul de la ocupación del ISIS, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) y otras agencias, expresaron profunda preocupación por la situación de 750.000 personas que viven en el oeste de esa ciudad, donde se esperan confrontaciones en las próximas semanas.

“Esperamos poder proteger a cientos de miles de personas que están en riesgo extremo y temen por sus vidas” declaró Lise Grande, Coordinadora Humanitaria para Iraq.

Según el comunicado, hasta el momento 180.000 personas han huido del este de la ciudad, mientras que 550.000 permanecen en sus hogares. Los equipos humanitarios han trabajado para proveerles ayuda: cerca de 600.000 personas han recibido alimentos, 745.000 agua y saneamiento, y 370.000 tratamientos médicos.

El 85% de las personas desplazadas de Mosul actualmente se refugian en 13 campamentos de desplazamiento y centros de emergencia del gobierno Iraquí.

Las fuerzas de seguridad iraquíes adoptaron como el centro de su plan de batalla un concepto humanitario en el que la protección de civiles es vital.

Mientras tanto, UNICEF informó que 16.000 niños regresaron a estudiar esta semana, tras la reapertura de 30 escuelas en el este de Mosul. Algunas de estas instituciones permanecieron cerradas por dos años.

“Después de esta pesadilla, este es un importante momento para que los niños de Mosul reclamen su educación y su esperanza por un futuro mejor”, aseguró Peter Hawkings, representante de esta agencia de la ONU.

Se espera que otras 40 escuelas reanuden sus actividades próximamente para brindar educación a otros 40.000 estudiantes.

UNICEF apoya a las autoridades en la reconstrucción y el equipamiento de los centros escolares que fueron dañados durante el conflicto.

Desde el 17 de octubre de 2016, cuando comenzó la operación militar iraquí para retomar el control de Mosul, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha seguido los movimientos de más de 26.873 familias desplazadas (161.238 personas). La mayoría de ellas necesitan desesperadamente ayuda humanitaria vital.

Los suministros de emergencia se necesitan desesperadamente. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) provee alimentos, agua y productos de higiene a las familias desplazadas. Estas provisiones incluyen agua, tabletas de purificación, galletas de alto contenido energético, garrafas, productos de higiene para bebés y panfletos con información sobre protección infantil y conocimientos básicos sobre minas.

Saber qué se necesita y cuándo es crucial para ayudar a aquellos que más lo necesitan de forma oportuna. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) vigila la situación en el terreno y proporciona actualizaciones sobre financiamiento y sobre la respuesta humanitaria, incluyendo las lagunas y limitaciones en la coordinación y gestión de los campamentos, refugios, seguridad alimentaria, sanidad, agua, recogida de basura e higiene, educación, logística y telecomunicaciones para situaciones de emergencia.

El Programa Mundial de Alimentos es responsible de prover el sustento adecuado para aquellos que lo necesitan. El PMA ha entregado raciones mensuales de comida preparada para las personas afectadas. Estas raciones contienen alimentos como arroz, lentejas, harina de trigo, harina de bulgur, frijoles y aceite vegetal.

El respeto y la protección de los derechos humanos de forma imparcial son cruciales en Iraq para asegurar que, entre otras cosas, las mujeres y los niños estén a salvo de la violencia sexual y de género y que las minorías étnicas y religiosas y las personas con discapacidad tengan acceso a servicios básicos sin discriminación. La Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Iraq (UNAMI) tiene una unidad de derechos humanos que trabaja con las autoridades y la sociedad civil de Iraq para apoyar este requerimiento. El trabajo de la Misión incluye monitorizar las muertes y heridas de civiles para computar las cifras de fallecidos mensualmente. En la imagen, el director de la oficina de derechos humanos de UNAMI, Franceso Motra, sentado en una tienda para personas desplazadas, escuchando a un hombre cuyos hijos fueron secuestrados por el Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIL/Da’esh).

Si una mujer sobrevive o muere en una crisis a menudo depende de su acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, que a menudo son relegados por otras necesidades urgentes como la comida y el refugio. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha estado trabajando con el ministerio de Salud iraquí y organizaciones de la sociedad civil para llevar estos servicios vitales a las poblaciones vulnerables. UNFPA también ha estado trabajando duro en Mosul para dar asistencia inmediata a las mujeres y niñas afectadas por el conflicto, a través de la distribución de kits de dignidad que contienen productos de higiene como cepillos de dientes, pasta de dientes, champú, jabón, toallitas femeninas y ropa interior.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está en Iraq desde 1960. A través de varios de sus programas, la agencia de la ONU trabaja actualmente en revitalizar, fortalecer y apoyar al sistema de salud iraquí fundamentado en el cuidado de salud primario. En Mosul, además de entregar medicinas y artículos para tratar heridas y enfermedades crónicas, la OMS ha llevado a cabo entrenamientos sobre respuesta a situaciones de urgencia para médicos en Erbil, Ninewa y Dohuk y para los equipos de emergencias que atienden las víctimas civiles en Mosul.

Los combates en Iraq han causado desplazamientos masivos de población que buscan un refugio seguro, con 3,1 millones de desplazados internos y otros 220.000 refugiados en otros países. Desde Mosul, donde a principios de diciembre de 2016 el número de desplazados se aproximaba a los 100.000, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), reforzó la distribución de equipamiento para el invierno, entregando mantas térmicas y edredones para 11.200 personas en los alrededores de Mosul.