Sólo la mitad de los niños refugiados van a la escuela primaria, revelan ACNUR y UNESCO

Niños sirios refugiados en Líbano. Foto: OCHA/D. Palanivelu
Niños sirios refugiados en Líbano. Foto: OCHA/D. Palanivelu

Sólo la mitad de los niños refugiados van a la escuela primaria, revelan ACNUR y UNESCO

Los niños refugiados que asisten a la primaria son sólo la mitad de los menores en edad escolar, reveló un informe conjunto de la UNESCO y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dado a conocer hoy.

El estudio –divulgado en vísperas de la Cumbre Humanitaria Mundial del 23 y 24 de mayo en Estambul– también señala que la cifra de estudiantes de secundaria alcanza apenas al 25% de los adolescentes refugiados.

El documento “No más excusas” pide a los países y a sus socios humanitarios y de desarrollo garantizar que las personas que han debido desplazarse sean incluidas en los planes nacionales de educación y que se monitoree mejor su educación.

Según los organismos de la ONU, los niños refugiados tienen cinco veces más probabilidades de no poder ir a la escuela que los que no viven una situación de desplazamiento.

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, destacó el número sin precedentes de población desplazada presionando los sistemas de educación.

“Para esos niños y jóvenes, la educación es especialmente importante ya que con sólo ir a la escuela están mejor protegidos de la trata, la adopción ilegal, los matrimonios infantiles, la explotación sexual y el trabajo forzado”, afirmó.

El informe destacó las diferencias entre los niños refugiados en distintos países. Por ejemplo, en Egipto, Irán y Yemen el 80% de ellos va a la escuela primaria, mientras que en Pakistán sólo estudia el 40% y en Etiopía el 50%.

Con respecto a la secundaria, en Kenya, Pakistán y Bangladesh menos del 5% de los adolescentes está inscrito y en Turquía el número alcanza 7%.

El estudio también da cuenta de la marginación de las niñas refugiadas. En Kenya, por ejemplo, únicamente el 38% estudia la primaria y en Pakistán la cantidad llega a 10%. Sin embargo, el caso más extremo es el de Afganistán, donde apenas el 1% de las mujeres desplazadas sabe leer y escribir.