La República Democrática del Congo necesita un diálogo político para superar el impasse electoral, señala enviado de la ONU

Cascos azules en la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo. Foto: MONUSCO/Abel Kavanagh
Cascos azules en la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo. Foto: MONUSCO/Abel Kavanagh

La República Democrática del Congo necesita un diálogo político para superar el impasse electoral, señala enviado de la ONU

El representante especial de la ONU para la República Democrática del Congo señaló hoy que ese país precisa iniciar un diálogo político sustantivo para superar el impasse en que se encuentra el proceso electoral debido a la escalada de las tensiones políticas.

Los congoleños deberían acudir a las urnas a fines de este año, pero existen muchos obstáculos por las diferencias entre los actores políticos y los riesgos de violencia son altos, explicó Maman Sidikou a los integrantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

En un informe sobre la situación de ese país, Sidikou subrayó la necesidad de un consenso político entre el gobierno, la oposición y otras partes relevantes para que el proceso electoral avance y llamó a estudiar cómo apoyar la realización de unos comicios creíbles y transparentes.

Por otra parte, el también jefe de la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUSCO) destacó el espíritu de cooperación que hay entre ésta y el gobierno congoleño para abordar el desafío que suponen los grupos armados.

“Neutralizar a los grupos armados va más allá de las operaciones militares y requiere redoblar los esfuerzos para extender la autoridad del Estado y encontrar soluciones duraderas para los ex combatientes”, aseveró.

Sidikou también se refirió a los planes de reducir el personal militar de la MONUSCO en 1.700 efectivos y subrayó que esta provisión debería conducir a la salida gradual de la Misión del país siempre y cuando se puedan mantener los avances logrados.

En este renglón, insistió en la importancia de que los ex combatientes sean reintegrados a sus comunidades o países de origen, que se limpien las zonas minadas y que se refuercen las medidas estabilizadoras.