A pesar de la recesión, el comercio global de bienes culturales se duplicó en 10 años

Nuevo informe de la UNESCO muestra un desplazamiento masivo del consumo de películas y música hacia servicios de Internet. Gráfico: UNESCO
Nuevo informe de la UNESCO muestra un desplazamiento masivo del consumo de películas y música hacia servicios de Internet. Gráfico: UNESCO

A pesar de la recesión, el comercio global de bienes culturales se duplicó en 10 años

El comercio de bienes culturales se duplicó en el período de 2004 a 2013 a pesar de la recesión económica mundial y un desplazamiento masivo del consumo de películas y música hacia servicios de Internet, revela un informe de la UNESCO publicado hoy.

El estudio llevado a cabo por el Instituto de Estadística de la agencia refleja que el intercambio de bienes culturales alcanzó los 212.800 millones de dólares en 2013, en un reflejo del papel crucial que las industrias culturales juegan en la economía global actual.

La UNESCO destacó que China es ahora el líder mundial en exportaciones de este tipo de bienes, seguida por Estados Unidos. Aun así, este país continúa siendo el máximo importador.

En general, el informe muestra que los países más desarrollados tienen un papel modesto en las exportaciones culturales pero siguen dominando las importaciones. Mientras tanto, los mercados emergentes están viendo un importante crecimiento en sus exportaciones. Turquía y la India, por ejemplo, han fortalecido su posición en los últimos años, sumándose a los 10 principales exportadores de bienes culturales.

El arte y la artesanía han ganado terreno en el ránking de bienes culturales que más se comercian, impulsados por la joyería de oro, un refugio en tiempos de incertidumbre económica.

Una tendencia llamativa en esos 10 años ha sido la “desmaterialización” o digitalización de algunos productos, como la música, las películas y los periódicos, lo cual ha tenido un impacto enorme sobre estas industrias.

Por ejemplo, el comercio de productos musicales grabados descendió un 27 por ciento en ese lapso, mientras que los de cine cayeron un 88 por ciento.

A medida que más bienes culturales pasan de la realidad tangible a la digital, el informe resalta que la recopilación de datos sobre su flujo se vuelve cada vez más compleja.