ACNUR pide acciones urgentes para acabar con la apatridia de los niños

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ACNUR pide acciones urgentes para acabar con la apatridia de los niños

Los niños apátridas de todo el mundo comparten los mismos sentimientos de discriminación, frustración y desesperación, según un nuevo informe de Naciones Unidas publicado hoy.

El Alto Comisionado de la Oficina para los Refugiados (ACNUR), que presentó el informe en la sede de la ONU en Nueva York, describió el estudio como la primera encuesta geográfica de los puntos de vista de los niños apátridas, que identifica los problemas comunes que afrontan y que les impiden disfrutar de su infancia, llevar una vida saludable, estudiar y cumplir sus ambiciones.

“La cuestión de la apatridia no es sólo una cuestión de derechos humanos, sino también de una destrucción de las personas porque el impacto traumático que sufren en estas circunstancias es estremecedor ”, dijo António Guterres.

Más de 250 personas, incluyendo niños, adolescentes y sus padres o tutores legales, fueron entrevistados en 7 países, entre ellos, la República Dominicana, Italia y Tailandia, entre julio y agosto. Decenas de niños aseguraron que la apatridia había tenido un profundo impacto psicológico en ellos. Algunos se describieron como “invisibles”, “extraños”, “perros de la calle” y “despreciables”.

Los menores también hablaron sobre los desafíos que afrontan según se hacen mayores, a menudo al margen de la sociedad, sin poder disfrutar de los derechos de los que disfrutan la mayoría de ciudadanos. Muchos son tratados como extranjeros en el país donde han vivido toda la vida.

Según ACNUR, los niños apátridas a menudo no pueden ir a la escuela, la universidad o encontrar un empleo decente. Son víctimas de discriminación y hostigamiento por parte de las autoridades y más vulnerables a todo tipo de explotación. Su carencia de nacionalidad a menudo los sentencia a una vida en la pobreza durante generaciones.

El informe de ACNUR subraya la necesidad de acabar con la apatridia en un mundo donde cada 10 minutos nace un niño sin Estado. Para acabar con este flagelo, el organismo de la ONU urge a todos los Estados a permitir que los menores reciban la nacionalidad del país donde han nacido, reformar las leyes que impiden que las madres transfieran su nacionalidad a sus hijos de la misma manera que los padres y eliminar las leyes y prácticas que deniegan la nacionalidad a los niños por su etnia, raza o religión.