Países de América acuerdan nuevas medidas de combate a la violencia contra la mujer en la región

Participantes en un taller sobre violencia contra la mujer en Honduras  Foto archivo: ONU/Mark Garten
Participantes en un taller sobre violencia contra la mujer en Honduras Foto archivo: ONU/Mark Garten

Países de América acuerdan nuevas medidas de combate a la violencia contra la mujer en la región

Las autoridades de la salud de los países de América se han comprometido a mejorar sus capacidades para prevenir y responder ante la violencia contra la mujer, que se considera generalizada en la región.

En una reunión celebrada esta semana en la sede de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Washington D.C., los ministros adoptaron un plan que propone fortalecer los compromisos políticos y financieros para abordar esa violencia en los sistemas de salud.

Asimismo incluye el fortalecimiento de la capacidad de los sistemas para prestar atención y apoyo eficaces a las víctimas, promover una acción más proactiva en la prevención y mejorar la disponibilidad y el uso de la evidencia científica para fundamentar la política y los programas.

El plan se elaboró a través de consultas amplias que incluyeron a aproximadamente 100 expertos de los países miembros de la OPS, ONG, movimientos de mujeres, instituciones académicas, organismos multilaterales y de las Naciones Unidas.

Se estima que en las Américas, una de cada tres mujeres en algún momento de la vida ha experimentado violencia infligida por el compañero íntimo o violencia sexual por una persona diferente de la pareja. En un 38% de los casos de mujeres asesinadas en la región, el perpetrador fue la pareja o una ex pareja.

Las formas de violencia contra la mujer van desde la violación, la agresión física y el asesinato, hasta el acoso sexual en las escuelas y en el lugar de trabajo, así como el maltrato verbal y emocional.

Además de las lesiones físicas y la muerte, esa violencia puede conducir al suicidio, a la propagación de las enfermedades de transmisión sexual, incluso de la infección por el VIH/SIDA, a embarazos no deseados, a trastornos de estrés postraumático, a la depresión y la ansiedad, entre otras consecuencias.