La ONU condena el asesinato de un cuarto bloguero crítico con el fundamentalismo religioso en Bangladesh

Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas. Foto de archivo: ONU/Amanda Voisard
Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas. Foto de archivo: ONU/Amanda Voisard

La ONU condena el asesinato de un cuarto bloguero crítico con el fundamentalismo religioso en Bangladesh

El Secretario General de Naciones Unidas y dos expertos independientes de derechos humanos condenaron la muerte de Niloy Chakraborty, el cuarto periodista de Bangladesh en ser asesinado este año, e hicieron un llamamiento para que los responsables sean llevados ante la justicia.

Según la prensa, Chakraborty, un detractor del extremismo religioso que escribía bajo el pseudónimo Niloy Neel, fue asesinado a machetazos en su casa en Dhaka, el 7 de agosto, por un grupo de agresores desconocidos.

En un comunicado emitido el sábado por su portavoz, Ban Ki-moon expresó su profunda preocupación por estos “horrendos crímenes” y su impacto sobre el ejercicio de la libertad de expresión en Bangladesh.

Los relatores especiales para la libertad de expresión, David Kaye, y para las ejecuciones extrajudiciales, Christof Heyns, aseguraron el viernes en un comunicado de prensa conjunto que este asesinato de otra voz crítica pone en evidencia las serias amenazas a la libertad de expresión que persisten en el país.

Los expertos resaltaron que los ataques organizados contra los detractores del fundamentalismo religioso tratan de promover una cultura de silencio y terror que afecta a toda la sociedad.

La muerte de Neel se produce después del asesinato de otros tres blogueros desde principios de año: Avijit Roy, en febrero, Washiqur Rehman Babu, en marzo y Ananda Bijoy Das, en mayo.

Los expertos reiteraron su llamamiento a las autoridades bangladesíes para que tomen medidas específicas para evitar estos ataques contra periodistas y activistas.

En Bangladesh, aproximadamente el 90 por ciento de sus 160 millones de habitantes son musulmanes, aunque el clima parece ser moderado y no se han registrado niveles de violencia islamista comparables a los del resto de la región.