Sudán del Sur: Misión de la ONU condena la muerte de un civil en un recinto de la Organización
La Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) condenó en los términos más enérgicos el tiroteo de una persona desplazada que se encontraba en uno de sus campamentos de protección de civiles en Bentiu, en el estado de Unity. Se trata del segundo ataque contra la Organización en el país africano en menos de una semana.
Según un comunicado de prensa de la Misión emitido hoy, el personal que se encontraba en el recinto respondió al disparo que se produjo la noche del 5 de julio pero cuando llegó al lugar del ataque, la víctima ya había muerto.
Testigos presenciales dijeron haber visto a dos hombres armados y con uniforme militar dentro del recinto y que luego salieron huyendo hacia los arbustos.
“Cualquier ataque contra una instalación de protección de civiles constituye un ataque directo contra las Naciones Unidas y es un crimen de guerra”, señaló la UNMISS.
A principios de la semana pasada, otra persona desplazada murió como consecuencia de un disparo. En ese ataque contra un campamento de la ONU en Malakal también salieron heridas otras seis personas.
En Sudán del Sur, que esta semana cumple el cuarto aniversario de su independencia, el número de refugiados y desplazados internos no ha cesado de aumentar, en medio del recrudecimiento de la violencia. Actualmente, más de 730.000 sursudaneses han huido a países vecinos y en torno a 1,5 millones de personas están desplazadas en el país. Además, continúa recibiendo refugiados de Sudán.
La guerra civil en Sudán del Sur estalló a mediados de diciembre de 2013. Por ahora, los esfuerzos políticos no han logrado solucionar el conflicto y las perspectivas para la población afectada parecen sombrías.
Ante la gravedad de la situación, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, visitará Juba el 7 y 8 de julio, donde se reunirá con el presidente Salva Kiir, junto a otros representantes del gobierno y miembros de la sociedad civil.
El objetivo de su misión es reforzar el vínculo de solidaridad con las mujeres y niñas en Sudán del Sur, mientras la guerra continúa, y pedir la reanudación de las negociaciones de paz.