Continúan sin cambios las exportaciones de armas pequeñas a los Estados de la “Primavera Árabe”

Un casco azul de la ONU con rifles confiscados de milicias. Foto: ONU/Ky Chung
Un casco azul de la ONU con rifles confiscados de milicias. Foto: ONU/Ky Chung

Continúan sin cambios las exportaciones de armas pequeñas a los Estados de la “Primavera Árabe”

La violencia armada y la inestabilidad política asociada a la “Primavera Árabe” no se han traducido en cambios significativos en las políticas o prácticas de los países que exportan armas pequeñas y ligeras a los gobiernos de Egipto, Libia y Siria desde 2011, concluye un informe de Small Arms Survey, una organización asociada a la ONU.

También revela que el surgimiento del Estado Islámico ha convencido a muchos exportadores a proporcionar pequeñas armas a grupos armados no estatales en la región, a pesar del riesgo que eso supone para los civiles.

Esta encuesta, elaborada cada año para proporcionar datos actualizados sobre los problemas asociados a la proliferación de las armas pequeñas y ligeras y contribuir así a la promoción de la seguridad, fue presentada hoy en una conferencia de prensa en Nueva York organizada por la Misión Permanente de Suiza ante la ONU.

Glenn McDonald, investigador de la encuesta, resumió algunas de las tendencias observadas.

“Nuestra conclusión es que tenemos un alto nivel de continuas exportaciones de armas a un Medio Oriente ya volátil, que sufre altos niveles de inestabilidad política y de violencia armada. Claramente, en muchos de estos casos existe un alto riesgo de desviación y abuso de las armas que están siendo transferidas”.

El informe puso en evidencia que Estados Unidos sigue dominando el mercado autorizado de armas pequeñas y ligeras, tanto en las exportaciones como las importaciones. En 2012, sus exportaciones superaron los 935 millones de dólares. Sin embargo, empiezan a surgir actores emergentes, como China e Indonesia. El único país de la región latinoamericana que ocupa una posición destacada en este ránking es Brasil, con 374 millones de dólares.

La encuesta centra una parte importante de su estudio en África, donde analiza los conflictos en países concretos, como Mali y Burundi, pero también examina la evolución de problemas como la caza furtiva de elefantes y rinocerontes y la violencia en los alrededores de las zonas de extracción de recursos naturales.

Los cazadores comerciales y grupos armados están incrementando la presencia de armas en este lucrativo mercado ilegal, por lo que algunas fuerzas estatales de seguridad africanas están respondiendo con agresivas estrategias y armas militares. Sin embargo, el informe halló que estas iniciativas no siempre logran controlar la actividad, incurriendo en un mayor riesgo para los civiles.

Otra preocupación puesta en evidencia por la encuesta es la existencia de “arsenales flotantes” en el Océano Índico, un problema agravado por la ausencia de normas internacionales sobre su seguridad o almacenamiento y por el hecho de que las presiones comerciales suelen incentivar las prácticas poco seguras.