Afganistán lidera producción mundial de hachís, según UNODC

Afganistán lidera producción mundial de hachís, según UNODC

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Afganistán, el principal productor de opio del mundo, se ha convertido también en el mayor productor de hachís, según datos de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC).

La primera encuesta realizada por la UNODC sobre la plantación de cannabis en ese país arrojó un estimado de entre 10.000 y 24.000 hectáreas dedicadas a la siembra de cannabis cada año.

El sondeo también encontró que la planta con la que se produce el hachís se cultiva a gran escala en la mitad de las 34 provincias afganas.

De acuerdo con la UNODC, en Afganistán cada hectárea dedicada al cannabis produce unos 145 kilos de hachís –la resina de la planta –, una cantidad superior a los 40 kilos por hectárea obtenidos en Marruecos, país considerado entre los líderes productores de esa droga.

El director ejecutivo de la UNODC, Antonio Maria Costa, subrayó que aunque otros países tienen un mayor cultivo de cannabis, las cosechas en Afganistán son sorprendentes, por lo que ha llegado a ser el principal productor, con una cantidad de entre 1.500 y 3.500 toneladas anuales.

Agregó que el cannabis no sólo reporta mayores ingresos que el opio, con 3.900 dólares por hectárea frente a 3.600 del opio, sino que también es menos costoso de cosechar y procesar.

Es tres veces más barato cultivar una hectárea de cannabis que una de opio en Afganistán, especificó Costa.

No obstante estos números, la encuesta mostró que los agricultores afganos siguen prefiriendo sembrar opio que cannabis debido a que esta planta debe cultivarse en el verano, cuando el agua para riego es más escasa.

Costa destacó que, al igual que el opio, la plantación del cannabis se concentra en las regiones más inestables del país, principalmente en el sur.

Señaló la gran mayoría del hachís sigue las mismas rutas comerciales del opio y se dirige a los mercados internacionales, ya que el consumo nacional es muy bajo.

Finalmente, Costa recalcó una vez más que el combate a la producción y tráfico de drogas en Afganistán debe centrarse en mejorar la seguridad e impulsar el desarrollo.