Diversos organismo de la ONU participarán en las tareas de un nuevo centro que proveerá asistencia a menores indocumentados centroamericanos que se encuentran en la frontera sur de México.
Según cálculos de organizaciones no gubernamentales, se han asentado en esa zona unos 3.000 menores – principalmente de El Salvador, Guatemala y Honduras – que se ganan la vida como vendedores callejeros, trabajadoras domésticas y ocupaciones de esa índole.
En las instalaciones, recibirán alimentos, servicios básicos, atención médica y capacitación en distintos oficios, señaló Fernanda Ezeta, oficial de programas en México de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“Llevan años y años ahí, asentados en la frontera, sin que sean reconocidos sus derechos, sin poder aspirar a una vida mejor, pero ahí están. Generalmente son tolerados y no son registrados. Todo el mundo sabe que están, pero no saben cuántos son, ni cómo viven”, dijo.
El centro, financiado por Australia, Canadá y Nueva Zelanda, será administrado por las autoridades locales, con la ayuda técnica de la OIM, UNICEF y el Programa de la ONU para el Desarrollo.