Siria se manifiesta contra interferencias extranjeras en Medio Oriente

Siria se manifiesta contra interferencias extranjeras en Medio Oriente

Walid Al-Moualem
El ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Walid al-Moualem, se pronunció hoy contra cualquier interferencia extranjera en Medio Oriente como condición para alcanzar la paz en la región.

En su participación en el debate de la Asamblea General de la ONU, el ministro afirmó que es necesario el retiro de todas las tropas extranjeras de Iraq, país al que consideró en peligro debido a la ocupación de su territorio liderada por Estados Unidos.

“Siempre hemos subrayado la necesidad de conservar la unidad del pueblo iraquí, la integridad territorial de Iraq, la no interferencia en sus asuntos internos, la conservación de su soberanía, independencia, identidad árabe e islámica y el rechazo a cualquier argumento para dividir al país”, enfatizó.

El ministro sostuvo que Siria ha implementado medidas estrictas de control en sus fronteras y aseguró que son infundadas las acusaciones de que muchos combatientes y armas llegan a Iraq desde territorio sirio.

Agregó que estas alegaciones tienen el propósito de responsabilizar a otros por el fracaso de la potencia ocupante en la consecución de la seguridad y la estabilidad en Iraq.

Asimismo, acusó a Estados Unidos de gastar miles de millones de dólares en operaciones militares en Iraq y no haber asignado recursos para asistir a los iraquíes que han debido salir del país como resultado de la violencia generada por la ocupación.

En este sentido, recordó que a Siria han llegado 1,6 millones de refugiados iraquíes y señaló que la ayuda internacional que ha recibido su país para afrontar esta carga financiera ha sido mínima.

Por otra parte, indicó que las elecciones presidenciales en Líbano deben realizarse según la Constitución de ese país y sin injerencias extranjeras de modo que salvaguarden los intereses nacionales y las relaciones libanesas con el mundo árabe.

Al-Moualem también se refirió al ataque de Israel contra Siria del pasado 6 de septiembre, calificándolo como una prueba del deseo del gobierno israelí de aumentar la tensión.