Darfur: Annan confía en que gobierno sudanés autorice entrada de fuerza de paz de la ONU
El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, expresó hoy su confianza en que el gobierno de Sudán, liderado por el presidente Omar Hasan al-Bashir, autorice el despliegue de una fuerza de paz de las Naciones Unidas en Darfur.
En conferencia de prensa en Ginebra, Annan consideró que el Acuerdo de Paz para Darfur entre el gobierno y parte de un grupo rebelde es incompleto y débil, lo que hace imprescindible la presencia internacional para velar por la seguridad de la población.
En este sentido, indicó que espera el informe del equipo conjunto de la ONU y la Unión Africana que se encuentra en la región para evaluar la situación y determinar las necesidades y confió en que la comunidad internacional refuerce la Misión de la Unión Africana desplegada en la región.
“Pero creo que a mediano plazo será necesaria una fuerza de paz de las Naciones Unidas para ayudar a las partes a implementar el acuerdo de paz y dar protección a la población desplazada”, dijo el Secretario General.
Agregó que si bien el presidente al-Bashir rechazó recientemente la posibilidad de aceptar el destacamento de cascos azules en Sudán, las conversaciones continúan “y espero que podamos convencerlos”, apuntó.
“Nadie, y menos aún la ONU, está interesado en imponer un régimen colonial en uno de sus Estados Miembros, y ése era uno de los temores del presidente al-Bashir al rechazar la presencia de la ONU”, explicó Annan.
A partir de su inicio en 2003, el conflicto en Darfur entre el gobierno, las milicias armadas y los rebeldes ha dejado más de 180.000 muertos y ha causado el desplazamiento de más de dos millones de personas, además de que tres millones –la mitad de los habitantes de la región– dependen de la asistencia alimentaria internacional para sobrevivir, en un escenario cada día más peligroso para los trabajadores humanitarios.
El cinco de mayo pasado, el gobierno de Sudán y una parte del Movimiento de Liberación de Sudán (SLM) firmaron el Acuerdo de Paz de Darfur en Abuja, Nigeria, por iniciativa de la Unión Africana.
El Acuerdo –alcanzado después de largas negociaciones que incluyeron dos prórrogas– plantea mecanismos para la integración del ejército gubernamental y el rebelde y define el desarme de las milicias progubernamentales Janjaweed, acusadas de cometer las mayores atrocidades en Darfur.