Recursos genéticos en la agricultura, claves para seguridad alimentaria, señala la FAO

Recursos genéticos en la agricultura, claves para seguridad alimentaria, señala la FAO

El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura constituye un paso decisivo para garantizar la seguridad alimentaria de la humanidad y puede ser considerado un hito histórico en la cooperación Norte-Sur, subrayó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en vísperas de la primera reunión de los países firmantes de este acuerdo.

El Tratado es un instrumento jurídicamente vinculante que fue negociado por los países miembros de la FAO y entró en vigor en junio de 2004. Su objetivo es salvaguardar la diversidad genética de las plantas cultivadas: un patrimonio de vital importancia para las generaciones futuras, y del que se calcula que las tres cuartas partes se han perdido durante el último siglo.

A lo largo de la historia, el ser humano ha utilizado cerca de 10.000 especies vegetales para alimentarse, pero hoy en día poco más de un centenar constituyen la base de nuestra alimentación, debido a la introducción de un reducido número de variedades comerciales modernas y enormemente uniformes.

En la primera reunión del Órgano Rector del Tratado, que tendrá lugar en Madrid del 12 al 16 de junio, participarán los cien países que forman parte del acuerdo. El objetivo será desarrollar los mecanismos que hagan posible su implementación y decidir la estrategia financiera, el acceso a los recursos fitogenéticos y la distribución de beneficios derivados de su uso.

“Este acuerdo internacional no sólo garantiza la conservación y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos, sino también el reparto justo y equitativo de los beneficios que se derivan de su uso, incluidos en su caso beneficios monetarios procedentes de la comercialización”, dijo José Esquinas Alcázar, secretario de la Comisión de Recursos Genéticos de la FAO.

Los recursos genéticos constituyen la materia prima que los agricultores y los científicos necesitan para desarrollar nuevas variedades que permitirán a la humanidad hacer frente a potenciales desafíos como plagas en las plantas, cambios del clima, y también para enriquecer la dieta alimentaria.

La FAO considera el Tratado esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en particular los referentes a la erradicación del hambre y la pobreza extrema, y a la sostenibilidad del medio ambiente.