Las mujeres conforman 40% del mercado laboral urbano en América Latina

Las mujeres conforman 40% del mercado laboral urbano en América Latina

Entre 1990 y 2004, 33 millones de mujeres entraron a formar parte del mercado del trabajo de América Latina y actualmente constituyen el 40% de la población económicamente activa en las áreas urbanas de la región, reveló un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

No obstante, al analizar los progresos obtenidos por las mujeres en la participación en la fuerza de trabajo, el informe muestra resultados mixtos en lo que se refiere al acceso a trabajos de calidad, desempleo, remuneración y protección social.

Según la OIT, el servicio doméstico, que representa 15,5% del total del empleo femenino de Sudamérica, está en expansión. “La segregación laboral que confina a las mujeres en los niveles menos privilegiados continúa existiendo”, dijo Maria Elena Valenzuela, coautora del estudio.

El documento también identifica tendencias positivas en América Latina. Cita, por ejemplo, que la tasa de participación de las mujeres creció de 39% en 1990 a 44,7% en 2002, mientras que la tasa masculina permaneció más o menos estable, cerca de 74%.

Aclara, por otro lado, que las tasas de participación femenina en América Latina continúan siendo muy bajas comparadas con la de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) donde, en 2001, fue de 62,1% en Francia y de 72,5% en Estados Unidos. “Estas tasas varían mucho de país en país en América Latina, entre 42% en Chile y 58% en Guatemala”, explicó Valenzuela.

Además, el desempleo es más alto entre las mujeres que entre los hombres. En 2004, cerca de 9,4 millones de mujeres de las áreas urbanas estaban desempleadas, 6,8 millones más que en 1990.

El estudio atribuye el auge de la participación de las mujeres en el mercado del trabajo a la mejor escolarización, al crecimiento urbano, a la disminución de la tasa de fertilidad y a los nuevos patrones culturales que favorecen su autonomía. Un aumento substancial del número de hogares encabezados por mujeres, que varía de 19 a 31%, también tuvo un papel importante.

La privatización de los servicios públicos y nuevos patrones de consumo han ocasionado la necesidad de mayores ingresos y el aumento del número de “contribuyentes” en cada hogar. Las crisis económicas acentúan esta tendencia.

Como resultado de la crisis económica en América Latina, un gran número de mujeres pobres se ha integrado al mercado del trabajo y la brecha en la participación laboral entre las mujeres pobres y el resto de la población femenina es menos evidente.

Pero las mujeres de hogares con bajos ingresos tienen aún un largo camino por recorrer antes de ser consideradas completamente integradas al mercado laboral.

En 2003 cerca de la mitad de las mujeres con empleo en América Latina trabajaban en el sector informal, donde la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres es particularmente evidente.

Del mismo modo, el estudio confirma que las mujeres continúan en desventaja en lo que se refiere a la protección social. La mayoría de las mujeres de América Latina con más de 65 años no recibe jubilación ni ninguna otra forma de pensión porque pasaron toda su vida adulta haciendo trabajo doméstico no remunerado y labores del hogar.

“Es necesario un enfoque completamente nuevo para enfrentar el reto de crear trabajos de calidad, que identifiquen el tipo de oportunidades de empleo que pueden beneficiar a las mujeres, sobre todo en el sector de los servicios donde se encuentra la mayor parte de la fuerza laboral femenina”, concluyó Valenzuela.