FAO destaca importancia de educación rural en consecución de Objetivos del Milenio

FAO destaca importancia de educación rural en consecución de Objetivos del Milenio

Los programas educativos deben cubrir las necesidades específicas de las comunidades rurales si se quiere erradicar la pobreza extrema y el hambre antes del año 2015, aseguró la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

En un encuentro dedicado a analizar la contribución de la educación para la población rural en la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la experta de la FAO Lavinia Gasperini urgió a los responsables políticos a dar prioridad a la identificación de las necesidades educativas básicas de las comunidades rurales para incrementar sus medios de subsistencia.

Los casos de estudio presentados durante la reunión demostraron que las condiciones de las comunidades rurales en diferentes países de África y Latinoamérica pueden mejorar si se toman en cuenta las necesidades educativas básicas de la población campesina.

En Chad, por ejemplo, las “escuelas comunitarias” enseñan a los campesinos cómo gestionar los recursos naturales de forma sostenible. Estas escuelas son autogestionadas y fueron creadas por iniciativa de las propias comunidades o por los jefes del poblado para responder a las necesidades locales. La diferencia con las escuelas públicas es que la capacitación tiene lugar en los dialectos locales, no en los idiomas oficiales del país.

Por otra parte, en Chile, las comunidades costeras de pescadores constituyen algunos de los grupos sociales más desfavorecidos del país, ya que dependen casi exclusivamente de la pesca artesanal para su supervivencia.

Los cursos de formación en pesca artesanal ayudan a los pescadores locales a adquirir una mayor capacitación en su trabajo y un mejor conocimiento del ecosistema marino, lograr un acceso más equitativo a los recursos pesqueros disponibles y el reconocimiento de sus derechos e identidad como usuarios tradicionales de la pesca.

La pesca artesanal tiene un menor impacto sobre los recursos y ecosistemas marinos, frente a las pesquerías industriales. Además de ser una fuente de empleo directo e indirecto para la población, aporta una parte importante del consumo de proteínas y jugando así un papel clave en la seguridad alimentaria.