FAO destaca papel de bioenergía en lucha contra pobreza extrama y hambre

FAO destaca papel de bioenergía en lucha contra pobreza extrama y hambre

La agricultura y la silvicultura podrían convertirse en fuentes principales de bioenergía, un elemento clave para lograr dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: erradicar la pobreza extrema y el hambre y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, afirmó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

En un documento presentado en la XIX sesión de la reunión de su Comité de Agricultura, la FAO recuerda que alrededor de 2.000 millones de personas, que en su mayoría vive en las zonas rurales de los países en desarrollo, carecen todavía de electricidad o de otros servicios modernos de energía.

El incremento en el uso de la bioenergía redundaría en beneficio de la diversificación de las actividades agrícolas y silvícolas, de la seguridad alimentaria, y del desarrollo sostenible, explica el documento,

La bioenergía se obtiene a partir de biocombustibles (combustibles sólidos, biogás, combustibles líquidos como el bioalcohol etílico y el biodiésel) procedentes de cultivos tales como la caña de azúcar, la remolacha, el maíz, y plantas herbáceas energéticas o de la madera, el carbón vegetal, los desechos agrícolas y productos derivados, los residuos forestales, el estiércol y otros.

La biomasa es una fuente de energía disponible localmente y capaz de generar calor y electricidad. Contribuye además a sustituir los combustibles fósiles importados y a reforzar la seguridad energética nacional, reduciendo el costo total de las importaciones de productos petrolíferos y mitigando la pobreza.

La FAO ayuda a sus países miembros en los esfuerzos para transformar la biomasa en energía y fijar programas y estrategias nacionales. “Es necesario ordenar adecuadamente la producción y el uso de los biocombustibles para facilitar servicios de energía a las personas más pobres de las zonas rurales. Se beneficiarán así la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible”, explicó Gustavo Best, experto de la FAO.

En África sub-sahariana, donde más de 90% de la población rural vive sin tener acceso a la electricidad, el recurso a la bioenergía con sus dos componentes principales, dendroenergía y agroenergía, repercutiría significativamente en mejorar las condiciones de vida.

Además, incrementar el uso de la biomasa para producir energía beneficiaría el desarrollo económico, especialmente en las zonas rurales, ya que suscitaría en las pequeñas y medianas empresas el interés por invertir en las nuevas oportunidades presentadas por la producción, la preparación, el transporte, el comercio y el uso de biocombustibles.