ONU: Continúa tráfico de personas en sudeste europeo pese a disminución de denuncias

ONU: Continúa tráfico de personas en sudeste europeo pese a disminución de denuncias

El tráfico de personas en el sudeste de Europa ha registrado una reducción en el número de víctimas que pide asistencia, pero esto no significa que haya disminuido, afirmó hoy un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Oficina del Alto Comisionado de las naciones Unidas para los Derechos Humanos.

El documento indicó que la lucha contra el tráfico humano está dominada por medidas represivas contra la prostitución, la migración y el crimen organizado, en lugar de plantear estrategias preventivas.

La investigación para elaborar este informe fue hecha en ocho países, entre ellos Albania, Bosnia y Herzegovina, Croacia, y Serbia y Montenegro.

Según las conclusiones, el tráfico humano está cambiando de naturaleza ya que ha aumentado el trasiego de mujeres y niñas dentro de un mismo país, y el de hombres para el trabajo forzado.

Las víctimas, apuntó el informe, rechazan la asistencia que se les ofrece por temor a ser repatriadas, deportadas o estigmatizadas.

La asesora regional de UNICEF para Europa Oriental y Central, Lynn Geldof, señaló que lo primero que se debe hacer por las personas traficadas es defender sus derechos.

“Entonces se verá que esa gente es más capaz de hablar de su situación, más segura de buscar ayuda, más propicia a hablar e indicar quiénes son sus perseguidores. Porque si no hay esta protección de sus derechos ¿cómo van a hablar? A nadie se le ocurre hablar si van a matar a la mitad de su familia en su país, a nadie”, enfatizó.

Los organismos de la ONU observaron en el informe que las acciones para crear conciencia sobre el problema del tráfico de personas en la región son escasas y se limitan a informar sobre situaciones puntuales.

Tampoco existen programas efectivos de reintegración, añadió el informe. Pese a la ayuda que las organizaciones internacionales y nacionales dan a las víctimas, la mayoría vuelve a su lugar de origen a encarar los mismos problemas que facilitaron el tráfico: pobreza, discriminación, falta de educación y pocas perspectivas de empleo.