UNICEF asiste a colombianos wayúu refugiados en Venezuela
No existen cifras exactas, pero según cálculos del ACNUR, unos tres millones de colombianos viven fuera de sus regiones de origen, tras haber tenido que huir de la violencia en años recientes. Según este organismo, en 816 de los 1.100 municipios que tiene Colombia, existe alguna situación que ha provocado desplazamientos.
En contexto, el pasado mes de abril, se desató una crisis humanitaria en la Bahía de Portete, en la Alta Guajira colombiana. Un supuesto grupo irregular armado que operaba desde hacía más de un año en las inmediaciones de los territorios ancestrales del pueblo indígena wayúu, aterrorizó a las comunidades, sembrando el pánico y dando muerte a doce personas, en su mayoría niños, ancianos y mujeres, y forzando a la población al desplazamiento. Meses más tarde, aún 30 personas se encuentran desaparecidas.
La mayoría de los desplazados tuvo que cruzar la frontera entre Colombia y Venezuela, convirtiéndose así en refugiados.
Unas 42 familias se alojaron en los hogares de sus familiares o parientes en la Parroquia Idelfonso Vásquez, en una de las zonas más pobres de la ciudad de Maracaibo, capital del estado Zulia, entidad que comparte una larga y desprotegida frontera con Colombia.
La Cruz Roja Venezolana, el ACNUR y UNICEF registraron un total de 306 indígenas, de los cuales 150 son niños, y adolescentes. Los refugiados llegaron sin las condiciones apropiadas para su supervivencia más básica, luego de haber perdido familiares y pertenencias, abandonado sus tierras y haber sufrido violaciones de sus derechos humanos.
La ayuda conjunta que UNICEF y la Cruz Roja Venezolana han desarrollado entre mayo y diciembre, se ha centrado principalmente en activar y promover jornadas de vacunación y de atención médica directa; además de impulsar el retorno a la escuela de niños y adolescentes tanto de las familias refugiadas como de las familias receptoras.
De igual forma, se apoyó la construcción de 40 enramadas y se otorgaron 40 tanques de agua para 40 familias. No obstante, la situación de los desplazados sigue siendo precaria, debido en gran parte a la escasez y falta de recursos del área donde se asentaron.