Nuevo estudio de la UNCTAD aboga por moratoria de deuda en África

Nuevo estudio de la UNCTAD aboga por moratoria de deuda en África

Que los países africanos sigan pagando su deuda exterior es totalmente incompatible con los Objetivos de Desarrollo para el Milenio marcados por las Naciones Unidas, según el informe publicado hoy por la UNCTAD -la Conferencia de las Naciones Unidas para el comercio y el Desarrollo- titulado “La deuda sostenible ¿espejismo o realidad?” El estudio concluye que una solución para el problema depende tanto de la voluntad política como de una estrategia financiera acertada.

Entre los años 1970 y 2002, África recibió 540.000 millones de dólares en préstamos y después de devolver 550.000 millones, aún debía 295.000 millones a finales de 2002. Las cifras son todavía más desalentadoras en los países del África subsahariana.

El estudio también contempla la extendida creencia de que gran parte de la deuda del continente es consecuencia de sus gobiernos corruptos. Y afirma que, ciertamente una parte lo es, especialmente por las políticas llevadas a cabo durante la guerra fría, pero aclara que también hay que tener en cuenta factores externos y reformas económicas poco acertadas que han contribuido a agudizar la crisis de la deuda.

En los años setenta la deuda era sostenible y a mediados de los ochenta la situación se volvió crítica, en esa década es además cuando se contrajo la mayor parte de la deuda bajo las directrices de las instituciones de Bretton Woods.

El informe también ofrece varias razones para la cancelación total de la deuda en el continente africano. Los bajísimos niveles de ahorro e inversión son una de las principales causas de de la pobreza y las pésimas condiciones sociales de África no le permiten crecer. El pago de la deuda externa significa para muchos de los países más pobres que sus escasos beneficios acaben en manos de sus acreedores.

Para reducir la pobreza a la mitad de aquí al año 2015 y cumplir los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, los niveles de crecimiento anual de los países africanos deberían por lo menos alcanzar el siete u ocho por ciento en la próxima década, unos requisitos incompatibles con el pago de la deuda externa.