Cuba sostiene que la Asamblea General es el mismo ritual de siempre
El canciller cubano dividió su discurso en diez puntos. Comenzó por la guerra contra Iraq y preguntó quien maniató a las Naciones Unidas, a las que el presidente Roosevelt les puso nombre, respondiendo que fue el presidente de Estados Unidos. Luego pidió que las tropas norteamericanas sean retiradas de Iraq.
Planteó también la revitalización del Grupo de los 77 y vaticinó que los modestos objetivos de la Declaración del Milenio no serán cumplidos.
En la parte dedicada a la economía y las finanzas sostuvo que los países en desarrollo son los que financian el derroche y la opulencia de los países industrializados.
En cuanto al terrorismo dijo que sólo puede lograrse una victoria mediante la cooperación entre todas las naciones y con respeto al derecho internacional, no mediante bombardeos masivos ni guerras preventivas.
Finalmente, el ministro Pérez Roque recordó a su presidente, Fidel Castro, que hace 25 años en el mismo recinto de la Asamblea General dijo que el ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de prepotencia en la escena internacional debía cesar.
“Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos”, enfatizó el canciller cubano.