La población anciana y los niños desnutridos de las regiones del sur de Madagascar afectadas por la sequía son especialmente vulnerables

El hambre sigue en aumento y, en algunos países, empuja a comer langostas del desierto o cactus para sobrevivir

PMA/Krystyna Kovalenko
La población anciana y los niños desnutridos de las regiones del sur de Madagascar afectadas por la sequía son especialmente vulnerables

El hambre sigue en aumento y, en algunos países, empuja a comer langostas del desierto o cactus para sobrevivir

Ayuda humanitaria

Con 45 millones de personas al borde la inanición, cuando eran 42 millones a principios de año y 27 millones en 2019, la agencia de la ONU calcula que el coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a 7000 millones de dólares, frente a los 6600 millones estimados a principios de 2021. 

El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas advirtió este lunes que sigue creciendo el número de personas que se encuentran al borde de la hambruna, mientras el número de personas que sufren un problema de hambre aguda se ha disparado y ha crecido en alrededor de tres millones de personas desde el inicio de año.

La cifra de quienes pasan hambre de forma aguda ha aumentado desde los 42 millones de principios de año, y los 27 millones de 2019, hasta los actuales 45 millones en 43 países.

Tras un viaje a Afganistán, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley afirmó que "decenas de millones de personas se asoman a un abismo. Los conflictos, el cambio climático y el COVID-19 están aumentando el número de personas que padecen hambre aguda, y los últimos datos muestran que ahora hay más de 45 millones de personas que están al borde de la inanición".

Beasley apuntó que la pandemia y los enfrentamientos no son la única fuente de problemas y apuntó a otros factores externos que aumentan la inestabilidad alimentaria.

"Ha subido el coste del combustible, se han disparado los precios de los alimentos, los fertilizantes son más caros, y todo esto alimenta nuevas crisis como la que se vive ahora en Afganistán, así como en las emergencias de larga duración en Yemen y Siria", añadió.

La pobreza y la sequía causaron una aumento grave del hambre en el sur de Madagascar.
© PMA/Tsiory Andriantsoarana
La pobreza y la sequía causaron una aumento grave del hambre en el sur de Madagascar.

Acabar con la hambruna ya cuesta 7000 millones de dólares

El Programa Mundial de Alimentos y sus socios humanitarios continúan intensificando sus esfuerzos para ayudar a millones de personas que se enfrentan al hambre. Sin embargo, las necesidades superan ampliamente los recursos disponibles en un momento en el que las fuentes de financiación tradicionales están sobrecargadas.

El coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a 7000 millones de dólares, frente a los 6600 millones estimados a principios de año.

"A medida que el coste de la ayuda humanitaria aumenta exponencialmente, necesitamos más fondos para llegar a las familias de todo el mundo que ya han agotado su capacidad para hacer frente al hambre extrema", añadió.

Un niño es alimentado en Cox Bazar, en Bangladesh. El COVID-19 puede aumentar el hambre en el mundo.
PMA/Saikat Mojumder
Un niño es alimentado en Cox Bazar, en Bangladesh. El COVID-19 puede aumentar el hambre en el mundo.

El hambre obliga a las familias a comer menos o saltarse comidas

Las complicaciones que sufre el Programa se extienden también a las familias que se ven obligadas a tomar decisiones devastadoras para hacer frente al aumento del hambre.

Un análisis de vulnerabilidad de la agencia de la ONU en 43 países demuestra que las familias se ven obligadas a comer menos, o a saltarse las comidas por completo, a alimentar a los niños en lugar de a los adultos y, en algunos casos extremos, a comer langostas, hojas silvestres o cactus para sobrevivir, como en Madagascar.

En otras zonas, las familias se ven obligadas a casar a los niños a una edad temprana o a sacarlos de la escuela, a vender sus bienes como el ganado o lo poco que les queda. Un caso extremo es el reportado por los medios de comunicación de Afganistán que señalan que las familias se ven obligadas a vender a sus hijos en un intento desesperado por sobrevivir.

Niños yemeníes desplazados en un asentamiento de Adén sostienen contenedores durante la distribución de agua, que se hace dos veces al día.
UN OCHA/GILES CLARKE
Niños yemeníes desplazados en un asentamiento de Adén sostienen contenedores durante la distribución de agua, que se hace dos veces al día.

Enviar un contenedor de comida cuesta cuatro veces más que hace un año

La subida de los precios de los alimentos recientemente anunciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación no solo provoca que los alimentos estén fuera del alcance de millones de las personas más pobres del mundo, sino que también aumenta el coste de la adquisición de la comida en los mercados mundiales.

 A esta coyuntura se suman los altos precios del combustible, que aumentan los costes de transporte y suponen una mayor presión sobre las cadenas de suministro mundiales: cuando hace un año el envío de un contenedor costaba 1000 dólares ahora cuesta 4000 o incluso más.

Durante este año, el Programa Mundial de Alimentos se ha embarcado en la mayor operación de su historia dirigida a 139 millones de personas en los 85 países en los que opera.

Esta labor abarca tanto las necesidades alimentarias y nutricionales de emergencia, como el trabajo con los socios para fortalecer la resiliencia y aumentar la autonomía de las personas más pobres y vulnerables del planeta.

Radiografía de las principales crisis alimentarias

Una familia se dirige a casa después de recibir raciones de alimentos del PMA en un centro de distribución en las afueras de Herat, Afganistán.
© PMA/Marco Di Lauro
Una familia se dirige a casa después de recibir raciones de alimentos del PMA en un centro de distribución en las afueras de Herat, Afganistán.

Afganistán

Las recientes evaluaciones muestran que unos 24 millones de personas padecen hambre aguda debido al devastador impacto de las múltiples sequías que, combinado con la situación de colapso económico que vive el país, conduce a las familias al borde del abismo justo antes de la llegada de un duro invierno.

El Programa está aumentando su apoyo para asistir a 23 millones de personas y se estima que necesita 220 millones de dólares al mes en 2022.

Una niña de tres años de Tigray, Etiopía, come galletas de alto contenido calórico para mejorar su nutrición.
© UNICEF/Esiey Leul Kinfu
Una niña de tres años de Tigray, Etiopía, come galletas de alto contenido calórico para mejorar su nutrición.

Etiopía

En la nación del Cuerno de África se prevé que más de 4,3 millones de personas en el norte del país se enfrentarán a una situación de hambre aguda en septiembre, y que más de la mitad de ellas, 2,2 millones, estarán en situación de emergencia.

A medida que se intensifica el conflicto en el país, y a falta de un análisis actualizado, se espera un empeoramiento significativo de la situación y que un máximo de siete millones de personas se enfrente al hambre aguda en todo el norte de Etiopía. El Programa Mundial de Alimentos necesita 245 millones de dólares para la respuesta humanitaria en tres regiones: Afar, Amhara y Tigray.

 El sur de Madagascar está experimentando su peorsequía en los últimos 40 años.
© UNICEF/Lalaina Raoelison
El sur de Madagascar está experimentando su peorsequía en los últimos 40 años.

Madagascar

La sequía que azota el sur de la nación insular africana provoca que haya más 1,3 millones de personas en situación de hambre aguda de las cuales 512.000 se encuentran en situación de emergencia.

La falta de lluvia durante la temporada de siembra augura otra mala cosecha y la desesperación de las familias, que recurren a medidas de supervivencia extremas como comer langostas, hojas silvestres y hojas de cactus con las que se suele alimentar al ganado.

La agencia de la ONU está ampliando su respuesta y necesita urgentemente 69 millones de dólares en los próximos seis meses para llegar a un millón de personas.

Niños comiendo una sopa preparada con suministros del Programa Mundial de Alimentos en Pibor, Sudán del Sur.
PMA/Marwa Awad
Niños comiendo una sopa preparada con suministros del Programa Mundial de Alimentos en Pibor, Sudán del Sur.

Sudán del Sur

Las necesidades humanitarias en la nación africana son mayores que los recursos de los que dispone el Programa Mundial de Alimentos para responder a esta crisis. La situación ha empeorado por las inundaciones que se han tragado pueblos enteros.

Hay 7,2 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria grave, de las cuales más de 1,4 están en situación de emergencia y más de 100.000 se enfrentan a niveles de hambre catastróficos.

La agencia necesita urgentemente 568 millones de dólares para mantener sus operaciones durante los próximos seis meses. Los importantes déficits de financiación ya han obligado a recortar las raciones para poder redirigir los recursos a las personas más vulnerables en riesgo de hambruna.   

Niños reciben pan en Alepo, Siria, donde el PMA ayuda en la distribución de comida.
© WFP/Hussam Al Saleh
Niños reciben pan en Alepo, Siria, donde el PMA ayuda en la distribución de comida.

Siria 

Más de 12 millones de personas en Siria no saben la procedencia de su próxima comida, y cuenta con un nivel de inseguridad alimentaria más alto que en cualquier otro momento del conflicto que sigue asolando al país por más de una década.

La suma de los enfrentamientos con los desplazamientos masivos de población, más las repercusiones de la crisis financiera en el Líbano, el descenso del valor de la libra siria y la pérdida de puestos de trabajo a causa del COVID-19 han contribuido al deterioro económico de Siria.

La financiación que necesita el Programa solo alcanza el 31% y necesita urgentemente casi 700 millones de dólares hasta febrero de 2022 para seguir apoyando la supervivencia de unos 5,8 millones de personas que dependen de la asistencia alimentaria de la agencia.

Karima, de 7 años, ve cómo su madre prepara pan en Yemen, donde el conflicto ha agravado la fatla de alimentos.
©PMA/Annabel Symington
Karima, de 7 años, ve cómo su madre prepara pan en Yemen, donde el conflicto ha agravado la fatla de alimentos.

Yemen

Más de la mitad de la población del país árabe (16,2 millones) se enfrenta en estos momentos a una situación de un hambre aguda y cinco millones de personas se encuentran en situación de emergencia.

Además del conflicto en el país, la devaluación del riyal yemení y el aumento de los precios de los alimentos imposibilitan que los yemeníes de a pie puedan comprar alimentos básicos.

El Programa Mundial de Alimentos proporciona asistencia alimentaria de emergencia a casi 13 millones de personas, ya sea en forma de raciones en especie, vales o dinero en efectivo

Sin embargo, unos tres millones de sirios siguen recibiendo asistencia en meses alternos debido a la escasez de fondos y la agencia corre el riesgo de quedarse sin alimentos antes de que termine el año. Para mantener los niveles actuales de asistencia durante los próximos 6 meses se necesitan 802 millones de dólares