El Plan de Desarrollo para Centroamérica puede mostrar que la xenofobia no es la única respuesta a la migración

Una adolescente de 15 años mira desde el balcón de un centro de tránsito para migrantes en Ciudad de Guatemala.
UNICEF/Tanya Bindra
Una adolescente de 15 años mira desde el balcón de un centro de tránsito para migrantes en Ciudad de Guatemala.

El Plan de Desarrollo para Centroamérica puede mostrar que la xenofobia no es la única respuesta a la migración

Migrantes y refugiados

El Salvador, Guatemala, Honduras y México celebraron una reunión en la que subrayaron que las causas de la migración difieren de país a país, por lo que el Plan que busca atacar la pobreza como detonante migratorio debe ser una herramienta complementaria de los programas nacionales de desarrollo. El Plan ha conseguido el apoyo de 35 países y sumará una inversión de 100 millones de dólares en su primer año de existencia.

El Plan de Desarrollo Integral cuenta ya con el apoyo de 35 países y 18 agencias de las Naciones Unidas, informaron este viernes los miembros de esa estrategia en un evento de alto nivel celebrado este viernes en Nueva York en el margen de la Asamblea General de la ONU.

El Plan de Desarrollo Integral El Salvador-Guatemala-Honduras-México representa un nuevo paradigma, ya que aborda el fenómeno de la migración con un enfoque diferente cuyos pilares son el desarrollo sostenible y la cooperación regional.

La iniciativa surgió el año pasado tras la oleada de flujos migratorios masivos de los países del Triángulo Norte de Centroamérica hacia Estados Unidos, una nación que les cerró las puertas, dejando varados en México a miles de migrantes. Ese gran desplazamiento masivo hizo evidente un profundo problema de fondo: la desesperación causada por la falta de oportunidades para tener una vida digna.

El objetivo principal del Plan es que la migración nunca sea forzada, sino opcional, que la gente no deba abandonar su país ni su modo de vida debido a la pobreza y falta de opciones.

Nueva respuesta

En palabras del secretario de Relaciones Exteriores de México, la iniciativa puede convertirse en una nueva respuesta a la migración a nivel global porque, además de tener una visión amplia e integral, genera resultados a corto plazo.

“¿Y si fuera posible tener una política de desarrollo frente a los grandes flujos migratorios que estamos viviendo? ¿Y si fuera posible algo distinto? ¿Y si el único camino no fuera el cinismo, la xenofobia, el odio? ¿Qué tal si hubiera otro camino posible hoy? En nuestras manos está demostrarlo. Precisamente porque pensamos que sí es posible estamos aquí y ahora nos toca hacerlo. ¡Hagámoslo!”, dijo Marcelo Ebrard para cerrar el diálogo que mantuvieron los cancilleres de los cuatro países con los participantes en la reunión.

Inversiones y compromisos

Más tarde, en una conferencia de prensa, el canciller mexicano indicó que hay dos inversiones importantes. La primera es en el sur de México y rondaría los 5.000 millones de dólares, una partida ya estimada en el presupuesto de ese país correspondiente a 2020.

“En materia de cooperación alcanzamos 100 millones de dólares este año y pensamos llegar al doble en 2020 en los proyectos del Plan, que por ahora son 60 y abarcan todos los pilares”, abundó.

De esos proyectos Ebrard destacó dos: la conexión de la red eléctrica México-Centroamérica, que reduciría los precios de la energía y la estrategia del café, para impulsar la producción y comercialización de ese producto.

 Asimismo, recordó que Estados Unidos se comprometió a otorgar 5800 millones de dólares para reformas institucionales y desarrollo económico en el Triángulo Norte de Centroamérica por medio de fuentes privadas y públicas.

Ebrard adelantó, por otra parte que los integrantes del plan esperan organizar una conferencia de donantes en el primer trimestre de 2020.

Diferentes causas

El evento de alto nivel fue moderado por la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, quien es la encargada de coordinar los trabajos de las agencias de la ONU y los países en cuestión.

Participaron también las cancilleres de El Salvador, Alexandra Hill, y de Guatemala, Sandra Jovel, así como la embajadora ante las Naciones Unidas de Honduras, Irma Rosa Suazo.

La ministra de Guatemala afirmó que el Plan provee una base sobre la cual construir y se refirió a él como un trabajo en desarrollo para el cual se debe elaborar una hoja de ruta y acordar un mecanismo de gobernanza.

Los cancilleres recalcaron que las causas de la migración no son las mismas en todos los países por lo que el Plan debe ser un complemento de los planes nacionales de desarrollo, en los que cada Gobierno fijará sus prioridades, aunque siempre en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A la reunión asistieron representantes de países como España, Canadá, Italia y Costa Rica, además de organizaciones interesadas en respaldar el Plan de Desarrollo Integral.