Xinjiang, la provincia más grande de China, es una importante reserva de biodiversidad con distintos paisajes y un rico ecosistema. Esta vasta región montañosa y desértica solía ser un punto estratégico en la antigua Ruta de la Seda que une China y Oriente Medio, en donde destaca un legado que combina modernidad y tradición. Pero su biodiversidad se ve amenazada por el aumento de la actividad humana como el sobrepastoreo, la construcción de infraestructuras y el desarrollo del turismo.