Las temperaturas récord alcanzadas este verano y los vientos cálidos y secos han convertido algunas zonas del Mediterráneo en un polvorín, con incendios que destruyen la vegetación y son una amenaza para la población en regiones de Italia meridional, Grecia y otras zonas de esa región, advirtió hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).