Sheila Watt-Cloutier, una dirigente política que representa a comunidades indígenas de Canadá, Alaska, Groenlandia y Rusia, contribuyó a entablar una de las primeras demandas judiciales internacionales en materia de cambio climático, sobre la base de que las emisiones de gases de efecto invernadero sin control de Estados Unidos violaban los derechos culturales y ambientales de los inuit.