Un número récord de tormentas en el Atlántico con huracanes de categoría 4 consecutivos e incendios forestales que consumieron vastas áreas de Australia, Siberia, Estados Unidos y América del Sur, así como 10 millones de desplazados en África y Asia por lluvias históricas, fueron solo algunas de las huellas que dejó este año el cambio climático impulsado por la actividad humana. El calor llegó a niveles sin precedentes en el Ártico y el océano, con consecuencias para los ecosistemas, nuestra alimentación y el futuro de la humanidad.