El máximo tribunal penal de la ONU investigará las posibles atrocidades cometidas en Afganistán por militares y agentes de inteligencia estadounidenses y afganos y por el Talibán. Estados Unidos no es parte de la Corte Penal Internacional y rechaza las pesquisas, pero los crímenes se habrían cometido en territorio afgano, un Estado signatario del Estatuto de Roma, el documento fundacional del tribunal.