El costo regional de la evasión y elusión fiscal alcanzó un 6,3% del producto interno bruto en 2017, lo que equivale a 335.000 millones de dólares. En tanto, los flujos ilícitos producto de la manipulación del comercio internacional de bienes llegaron a los 85.000 millones en 2016, es decir, el 1,5% del PIB regional. Todo ese capital puede usarse para lograr la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. También gravar la economía digital ayudará.