En primera persona: Con el corazón roto bajo el dominio talibán en Afganistán, pero con esperanza

Dos mujeres afganas caminan cerca de una mezquita en la provincia de Herat.

Yo tenía un negocio en mi provincia. Empleaba a cinco mujeres para hacer galletas y pasteles (...) Mi tienda volverá a ser un punto de encuentro para las mujeres.

UNAMA
Dos mujeres afganas caminan cerca de una mezquita en la provincia de Herat.

En primera persona: Con el corazón roto bajo el dominio talibán en Afganistán, pero con esperanza

Mujer

Una joven mujer afgana había abierto un negocio de panadería que estaba a punto de despegar antes de la toma del poder por parte de los talibanes en agosto del 2021, pero después de esa fecha se vio obligada a cerrarlo. Ahora, con mucha perseverancia y valor, lo ha vuelto a abrir. Su idea es ayudar a otras mujeres dándoles trabajo.

Zarina* es una joven empresaria afgana. Su afán por innovar y su pasión por la repostería la convirtieron en una de las empresarias más jóvenes de Afganistán. Su negocio sigue funcionando, pero sus clientes son escasos y sus planes de expansión por el país tuvieron que ser cancelados.

"Me dije a mí misma que debía viajar a Kabul y comprar más equipamiento, incluida una nevera, antes de ampliar mi negocio de panadería. Este sueño nunca se hizo realidad porque mi país cayó en manos de los talibanes.

Yo tenía un negocio en mi provincia. Empleaba a cinco mujeres para hacer galletas y pasteles que vendía en una tienda que alquilaba en el mercado de mujeres. 

En Afganistán, los negocios de panadería prosperan durante el Eid, un festival que reúne a las familias de Afganistán marcando nuevos comienzos. Para Eid, las mujeres dan la bienvenida a sus invitados en sus casas donde sirven galletas, pasteles, donas, panecillos de crema, bollería y frutos secos.

Mi provincia está alejada, en las montañas, las calles están sin pavimentar y los caminos llenos de baches desalientan a las personas foráneas a visitar la provincia a menos que tenga una necesidad urgente.

Por temor a los daños en el camino, los comerciantes no traen productos de panadería desde Kabul, la capital y principal centro de exportación de comida, ropa y artículos de primera necesidad a las provincias. Por ese motivo, decidí producir todo esto en mi provincia. Primero, abrí un negocio de panadería. Luego renté mi propia tienda en el pueblo, donde vendí otros productos hechos por mujeres, artesanías que celebran nuestra cultura y ropa para mujeres y niños.

Cuando se corrió la voz de que había una panadería abierta en nuestra localidad, la gente viajaba desde pueblos remotos para comprar mis productos. Entonces, me di cuenta era tiempo de expandir el negocio abriendo más tiendas alrededor del pueblo. Esto significa emplear más mujeres y comprar el equipo, como refrigeradores para almacenar los productos y mantenerlos frescos.

Mujeres reciben raciones de comida en un lugar de distribución de alimentos en Herat, Afganistán.
UNICEF/Sayed Bidel
Mujeres reciben raciones de comida en un lugar de distribución de alimentos en Herat, Afganistán.

“Debería de cerrar mi negocio”

En las semanas que estaba planeando expandir mi negocio, el gobierno Talibán tomo el control de Afganistán. No lo expandí negocio, lo tuve que cerrar. Las mujeres que había empleado perdieron sus trabajos, la mayoría de las personas que contrate perdieron su trabajo. Las mujeres enfrentamos restricciones, no podíamos poner en marcha negocios ni trabajar. Los negocios apenas pudieron sobrevivir, puesto que las personas perdieron sus trabajos y no podían comprar más, lo bancos no era capaces de dar más prestamos financieros.

Estoy con el corazón roto, pero esperanzada, recientemente pude abrir de nuevo mi negocio y estoy trabajando en un plan de marketing para mantenerlo a flote. Ahora que algunos hogares saben de mi negocio y desde que muchas mujeres necesitan más que nunca un lugar amigable para las mujeres. Estoy determinada a hacer de los aniversarios, las celebraciones y las ocasiones familiares actos memorables sirviendo galletas frescas, pasteles y hojaldres. Mi tienda volverá a ser un punto de encuentro para las mujeres.

ONU Mujeres en Afganistán

ONU Mujeres trabaja en Afganistán, apoyando a las mujeres y las niñas afganas cada día.

Su estrategia gira en torno a la inversión en las mujeres, desde la ampliación del apoyo a las supervivientes de la violencia en provincias donde no han estado antes, hasta el apoyo a las trabajadoras humanitarias en la prestación de servicios esenciales y la provisión de capital inicial a las empresas dirigidas por mujeres.

El objetivo de reconstruir el movimiento de las mujeres afganas sigue siendo fundamental en el trabajo de la agencia.

Para saber más sobre el trabajo de ONU Mujeres en Afganistán, y la situación de las mujeres en el país, un año después de la toma del poder por los talibanes, haga clic aquí.

*En este artículo se han cambiado los nombres, los lugares y el desarrollo de los acontecimientos para garantizar la seguridad de las personas que aparecen.