Mukasa Herbert, alumno de la Escuela primaria y guardería del asentamiento de Nakivubo en Uganda, se lava las manos el primer día de la reapertura de la escuela, el 10 de enero de 2022.

Hasta el 70% de los niños menores de 10 años en los países en desarrollo no sabe leer correctamente ni las reglas básicas de aritmética

© UNICEF/Maria Wamala
Mukasa Herbert, alumno de la Escuela primaria y guardería del asentamiento de Nakivubo en Uganda, se lava las manos el primer día de la reapertura de la escuela, el 10 de enero de 2022.

Hasta el 70% de los niños menores de 10 años en los países en desarrollo no sabe leer correctamente ni las reglas básicas de aritmética

Cultura y educación

La pandemia ha tenido un efecto devastador en la educación, dejando al descubierto una crisis en el sector que ya adolecía antes del brote del coronavirus. La agencia de la ONU para la infancia pide una transformación del sistema educativo, tras las diversas constataciones de que el actual está fallando a millones de personas.

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Educación de este año, que se conmemora el 24 de enero, Noticias ONU ha entrevistado a Robert Jenkins, director de educación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, quien está muy preocupado por algunos de los efectos de la pandemia en los estudiantes de todo el mundo.

Robert Jenkins: Es importante recordar que todavía nos encontramos en mitad de una crisis en cuanto a los cierres totales y parciales de escuelas. Más de 635 millones de estudiantes se ven afectados aún por uno u otro de estos tipos de cierres en este momento, por lo que de ninguna manera podemos dar por cerrado el debate sobre de la importancia de la reapertura de las escuelas.

Estamos muy preocupados, a medida que se obtienen más y más datos, por el impacto desproporcionado que el cierre de escuelas ha tenido, en términos de pérdida de aprendizaje, en los niños marginados.

Antes de la pandemia, el 53% de los niños de 10 años que vivían en países de ingresos bajos y medios no leían suficiente o no lo hacían de forma eficaz, y no cumplían los requisitos mínimos de alfabetización y aritmética básica. Se estima que esta cifra puede alcanzar el 70%.

Es decir, el 70% de los niños de 10 años no son capaces de leer o comprender un texto sencillo, y los niños que viven en países con resultados negativos de aprendizaje antes de la pandemia suelen ser también los que mantienen sus escuelas cerradas durante más tiempo.

Asimismo, los niños desfavorecidos disponían de menor acceso al aprendizaje a distancia, ya que tenían menos probabilidades de vivir en zonas en la que se ofreciera este tipo de aprendizaje; o no tenían acceso a un dispositivo, o a la radio o televisión.

Los niños de Rwanda han podido estudiar en casa utilizando la radio, ya que las escuelas permanecieron cerradas debido al coronavirus.
UNICEF/Habib Kanobana
Los niños de Rwanda han podido estudiar en casa utilizando la radio, ya que las escuelas permanecieron cerradas debido al coronavirus.

Noticias ONU: ¿Qué les dice a los padres y profesores que temen que las escuelas sean un caldo de cultivo para el COVID-19?

Robert Jenkins: El cierre de las escuelas tiene un profundo impacto en los niños. Como he mencionado, está la pérdida de aprendizaje, pero además otros aspectos, en lo que se refiere a sus necesidades psicosociales, de salud, físicas y nutricionales. Ya no tienen acceso a los almuerzos, ni a otros tipos de ayuda que recibían en la escuela.

Hasta el momento, los datos indican que la educación presencial no parece ser la principal causa de la transmisión comunitaria del COVID-19, y las medidas de mitigación del riesgo en las escuelas han demostrado ser muy eficaces.

Entre las buenas iniciativas figuran la mejora de la ventilación, el fomento de la separación física, del distanciamiento social, del uso de mascarillas en determinados contextos y del lavado de manos. Las medidas de mitigación del riesgo funcionan, y en muchos casos demuestran que, de hecho, las escuelas son los lugares más seguros para los niños.

Lo fundamental es el compromiso. Debe haber una buena comunicación con los padres. Es necesario que haya un diálogo y que se compartan evidencias. Los maestros deben recibir apoyo para poder reabrir y ayudar de manera fructífera a los niños y aplicar medidas eficaces de atenuación de los riesgos en las escuelas.

Noticias ONU: Muchas de las cuestiones que ha mencionado, como la marginación de los niños desfavorecidos y la desigualdad, ya existían antes de la pandemia, que ha exacerbado muchos de estos problemas. Algunos expertos en educación piensan que se podría aprovechar esta crisis para mejorar sustancialmente el sistema educativo en todo el mundo. ¿Cree usted que es realista?

Una maestra le toma la temperatura a Keisy, estudiante ejemplar, antes de que entre a la escuela, en Costa Rica.
UNICEF Costa Rica/Priscilla Mora
Una maestra le toma la temperatura a Keisy, estudiante ejemplar, antes de que entre a la escuela, en Costa Rica.

Robert Jenkins: He visto algunos ejemplos alentadores de países que están introduciendo cambios innovadores en el sistema educativo. Sierra Leona es un buen ejemplo. Pero hay muchos otros países que adoptaron enfoques de aprendizaje híbrido y digital, con apoyo para los niños desprotegidos durante el cierre de las escuelas.

Desafortunadamente, estos ejemplos de transformación y cambios a gran escala —que ya eran necesarios antes de la crisis— no se producen en todas partes. Estaríamos perdiendo una gran oportunidad si las escuelas reabrieran a abrirse y volviéramos al mismo punto en el que nos encontrábamos hace dos años, pero con los niños aún más rezagados en su educación.

Noticias ONU: ¿Cuál es su mensaje para los gobiernos y los ministros de sanidad en el Día Internacional de la Educación de este año?

Robert Jenkins: La importancia de dar prioridad a la reapertura de las escuelas, para que los niños desfavorecidos puedan retomar su camino del aprendizaje. Aprovechemos este momento para transformar y abordar problemas educativos que ya arrastramos desde hace tiempo.