Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

Las familias en Bosnia y Herzegovina siguen buscando desesperadamente a 12.000 familiares desaparecidos más de 20 años después de finalizar la Guerra de los Balcanes.
"Permanecerá grabada para siempre en mi corazón y en mi alma", explica ZB, al recordar la fatídica noche de 1992 cuando su madre, su hermana y dos hermanos fueron asesinados por los militares.
Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

La noche del 25 de julio de 1992, los militares acorralaron y masacraron a 29 personas en su pueblo, situado al noroeste de Bosnia. Además, se llevaron a cientos de hombres a campos de detención. ZB huyó esa noche. Fue el único superviviente de su familia.
"Eran alrededor de las 8:30 de la noche. Vi a un soldado delante de casa con uniforme de camuflaje y casco”, recuerda ZB, que tenía 14 años en ese momento. "Las mujeres y los niños ya estaban en un grupo en el jardín. Cuando [los soldados] comenzaron a disparar, corrí a una casa cercana. Un vecino llamado Milan me protegió allí durante ocho días”.
Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

Hay pocas fotos de la familia de ZB antes de la guerra. “Es todo lo que tengo, nada más. Solo esas fotos y mis recuerdos”, dice. En la imagen, su madre y su hermana están a la izquierda, sus hermanos a la derecha. Supuso que probablemente estaban muertos, pero al regresar a su pueblo el año 2000, es cuando entendió que sus cuerpos habían desaparecido.
“Es difícil. Vi que los mataron, y durante 25 años seguimos buscando [sus restos]. Siempre pensé que a medida que envejezca, pensaré menos en ello. Pero lo cierto es que sucede lo contrario”, dice ZB. Ahora con 39 años, casado y con dos hijos, ZB continúa la búsqueda de los restos de su madre, su hermana y sus dos hermanos.
Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

Aunque no ha logrado identificar a sus familiares desaparecidos, ZB va a entierros y a homenajes de otras víctimas. Cada año ayuda a enterrar a miembros de la comunidad cuyos restos son exhumados de fosas comunes, identificados, y despedidos dignamente. Dice que le que ayuda a estar en paz consigo mismo.
Más de 500 personas asistieron al funeral en conmemoración del 25 aniversario de la masacre. Las familias trasladaron a cementerios locales los restos identificados de 23 personas. La víctima más joven tenía 18 años y la mayor 72.
Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

Hasta la fecha, se han encontrado 2325 civiles muertos en 450 lugares diferentes, cerca del pueblo de ZB. A lo largo de los Balcanes, los inspectores han desenterrado restos mortales a cientos de kilómetros de donde vivían las víctimas.
Con el apoyo del PNUD, los fiscales de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro, y Serbia han acordado aumentar la cooperación para enjuiciar más rápidamente los crímenes de guerra y acelerar la búsqueda de personas desaparecidas, impartiendo justicia a sus familiares.
Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

De los 323 restos que quedan en el Centro de Identificación de Šejkovaca, en Bosnia, se identificó a 63 familias mediante análisis de ADN, pero aún no las han enterrado. En algunos casos, los restos mortales están incompletos y las familias esperan encontrar otras partes del cuerpo. En otros casos esperan encontrar a otros miembros de su familia para poder enterrarlos juntos.
Quedan por identificar 260 restos.
La exposición "Culpable de Nada", del pintor local Mensur Beslagic, se inspira en el libro del mismo título que recoge 3176 testimonios de civiles asesinados durante la guerra entre 1992 y 1995. ZB y su hijo pequeño visitan la exposición y miran un dibujo del primo de ZB, asesinado el 25 de julio de 1992 a la edad de 6 años.
Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

"Cuando camino por estos bosques y campos, recuerdo aquella infancia que terminó violentamente”, dice ZB. Este entorno me recuerda a mis hermanos, solíamos jugar aquí. No sé si podría vivir si no recordara cómo jugábamos, cómo trepábamos los árboles. Así es como siempre los recuerdo, aunque no tengan tumbas”.
Ahora sus hijos juegan en este bosque. Los educa para que sean conscientes de su pasado, pero, a su vez, libres de él. “Les enseño a no juzgar a las personas según su origen. Hay que decirles la verdad, pero dejar de lado cualquier tipo de odio”, dice.