El alto el fuego se mantiene en gran medida, pero los niños de Gaza han sufrido un "terrible coste" durante los últimos 15 meses de enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y Hamás, y ahora las agencias humanitarias de la ONU afirman que es necesaria una "respuesta masiva" para salvar vidas.

Se calcula que al menos 14.500 niños han muerto desde que comenzó la guerra y miles más han resultado heridos.
 

Al principio del conflicto, cuando las instalaciones médicas quedaron destruidas por los combates, los recién nacidos tuvieron que compartir el equipo que les salvaba la vida. 

Casi un millón de niños ya no tienen hogar y se calcula que 17.000 no están acompañados o están separados de sus padres.

UNICEF ha descrito las necesidades humanitarias como enormes tras el "colapso de los servicios esenciales en toda Gaza".

A lo largo del conflicto, los organismos de la ONU han seguido prestando ayuda de emergencia, incluida una campaña de vacunación contra la polio dirigida a casi 600.000 niños.

Los niños han recibido ropa de abrigo para el invierno, así como comidas calientes y acceso a agua potable.

Alrededor del 95% de los edificios escolares de Gaza han resultado dañados o destruidos, pero los niños han podido seguir estudiando en centros gestionados por UNICEF.

Mientras las familias comienzan a regresar a sus hogares tras el acuerdo de alto el fuego que entró en vigor el 19 de enero, la ONU ha declarado que los trabajadores humanitarios deben tener la "oportunidad de desplegar con seguridad la respuesta masiva que tan desesperadamente se necesita".