Menos Plástico es Fantástico: la lucha de una comunidad en México para salvar el océano

Menos Plástico es Fantástico: la lucha de una comunidad en México para salvar el océano

El plástico de preproducción, una amenaza para los océanos que llega a las costas de México
El tipo de microplásticos conocidos como nurdles, pellets o lágrimas de sirena aparecen en el paraíso Caribe de Mahahual, en Quintana Roo. Se trata de pequeños fragmentos de resina plástica que se funden para crear productos más grandes como botellas y que representan un grave peligro para la fauna marina y potencialmente los seres humanos. Un grupo de activistas liderados por una mujer intentan identificar su procedencia, y luchan para crear conciencia dentro de su comunidad. 

Mahahual es un pequeño pueblo de pescadores ubicado a menos de 2 horas de la ciudad de Chetumal, en el estado de Quintana Roo, en México. Sus aguas cristalinas de color turquesa cada vez atraen más visitantes de todo el mundo, así como el atolón más grande del país, una isla coralina oceánica protegida que alberga una gran diversidad de especies de flora y fauna marina. 
Se trata del último rincón de la parte mexicana del arrecife mesoamericano libre de la enfermedad del Síndrome Blanco, pero donde la riqueza natural, como ha sucedido en otras ciudades turísticas del estado como Cancún, Playa del Carmen y Tulum, se encuentra cada vez más amenazada por la mala gestión de residuos, y sobre todo, por el gran enemigo transparente: el plástico.
“Mahahual cuenta con dos problemáticas, una del consumo que hacemos a nivel local y turísticamente del plástico, y el otro, el que nos llega a través de la corriente marina”, explica Ana Antillanca, la fundadora de la asociación civil sin fines de lucro Menos Plástico es Fantástico.
Ana, originaria del sur de Chile, vive hace 13 años en Mahahual, y supo que tenía que hacer algo por esta comunidad cuando su primera hija le preguntó que si era normal que hubiese tanta basura en la playa.
“Nosotros vivimos al frente del mar, y nuestra vida está aquí, y todos los días lamentablemente, aunque limpiemos aparece de nuevo basura de plástico”, cuenta la activista.
Como parte de las actividades de su asociación civil, el año pasado realizó un festival con el fin de informar y empoderar a la comunidad sobre la problemática del plástico. Al evento fueron invitados expertos en microplásticos, fue allí cuando identificaron por primera vez a la amenaza antes desconocida en la región de los llamados plásticos de preproducción.
“Queríamos hacer un estudio e invitamos a esas personas y nos capacitamos, y en ese estudio descubrimos los famosos y no tan famosos nurdles, pellets o lágrimas de sirena. Son pequeñas bolitas muy chiquitas, que realmente las encuentras solo haciendo el estudio de microplásticos menores de 5 milímetros en la arena”, asegura Antillanca.
En 2017, un estudio apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, alertó sobre la detección de este tipo específico microplásticos en los océanos, que son pequeños fragmentos de resina plástica que se funden para crear productos más grandes. Se trata de la forma más común en que el plástico es enviado a las compañías antes de su fabricación.
“Comenzamos a encontrar estas bolitas, algunas son de color blanco, otras más amarillas y los tonos van variando, y decidimos investigar qué son, y en realidad es el plástico virgen que está apareciendo lamentablemente en muchas playas a nivel internacional y que, al día de hoy, como no es un tema conocido, no se está tomando tanto en cuenta. Con estos pellets se fabrican nuevos productos como las botellas”, asegura Ana.
Un peligro para la vida marina y los seres humanos
Para Roberto Cerda, fundador de la ONG Restore Coral, que participa activamente en la celebración del Día de los Océanos en Naciones Unidas, encontrar este plástico de preproducción atribuye una responsabilidad directa a sus fabricantes.
“Un plástico de preproducción, solamente lo tiene una persona que fabrica plásticos, entonces allí ya sacas de la ecuación a la empresa que tiene un producto que envasa en plástico, y que le vende este producto al consumidor y que el consumidor hace mal uso del desperdicio, no recicla, o tal vez el lugar en donde tira la basura no tiene una infraestructura adecuada, entonces allí hay un tema de responsabilidad que se pierde, pero no con plásticos de preproducción. Me parece muy relevante que podamos comprobar que este plástico que solo se utiliza para producir plástico, que solo está en las manos de los productores de plástico, está terminando en las costas del paraíso caribe”, afirma el activista.
Los científicos aseguran que es posible que debido a su peso liviano y pequeño tamaño, cuando los nurdles son transportados de un lugar a otro, se pierdan con el viento o se filtren a los desagües a través de las fábricas y medios de transporte como camiones, trenes y buques de carga.
Sea cual sea la fuente, estos microplásticos se están encontrando en masa en los océanos y playas alrededor del mundo, lo que representa una gran amenaza para la vida marina.
“El impacto que tiene a nivel ambiental y a nivel marino es muy grande, al ser pequeñas bolitas, es uno de los alimentos favoritos de los peces, o de las tortugas o aves, o hasta en algunas publicaciones han dicho que ya tenemos nosotros los seres humanos integrados estos pellets”, alerta Ana Antillanca.
Los nurdles pueden confundirse con huevos de pescado u otro tipo de animales marinos. Más de 220 especies marinas consumen basura plástica, esta puede quedar atrapada en su estómago, causando una úlcera, o haciéndolos sentir que están llenos y evitando que consuman alimentos de verdad. Esto puede hacer que literalmente mueran de hambre. 
La preocupación también es dada su composición: se ha encontrado que los nurdles tienen micropoluyentes orgánicos como como policlorados bifenilos (PCB), dicloro-difenildicloroetileno (DDE) y nonilfeno. Además, los plásticos absorben contaminantes del agua de mar circundante, lo que representa una potencial amenaza a medida que se consumen y acumulan las toxinas en humanos y en animales.
Una comunidad unida buscando soluciones
“Hay un científico en Japón, y él acepta muestras de los nurdles para estudiar qué sustancias negativas contienen, porque al navegar tanto tiempo a través del océano se le adhieren bacterias y es interesante porque realmente queremos saber más. Ninguno de nosotros es realmente científico o especialista en plástico y estamos buscando el apoyo internacional, y este científico dijo que era la primera muestra que recibía de México, ya que se trata de un estudio que él da gratuitamente para las comunidades, se demora un año, pero de aquí a diciembre tendremos un resultado que nos interesa muchísimo saber a nivel local y a nivel de país”, informa la fundadora de Menos Plástico es Fantástico en Mahahual.
La ONG de Ana Antillanca también fue la primera en su país en subir la información de estos microplásticos a la página web de NurdleMap, una iniciativa que como su nombre indica, busca mapear los lugares en donde han sido identificados alrededor del mundo, así como su densidad.
Se trata de una tarea titánica. Todos los sábados Ana junto a otros habitantes de Mahahual, se reúnen para limpiar Punta Herradura, una zona de anidación de tortugas marinas.
“Estamos trabajando para este año lograr la anidación libre de plástico, hemos levantado más de tres toneladas desde 2019 y en cada limpieza también estamos separando tiempo para hacer esa “caza de nurdles” y seguir recolectándolos. En noviembre en Puerto Ángel, otra playa de anidación de tortugas, también encontramos una pieza de gran tamaño llena de estos microplásticos, y venía como compactada. Hablando con biólogos nos dicen que puede ser que fue de alguna industria, que era material de desperdicio, y tal vez se fue a un rio, del rio al mar, y del mar a Mahahual”, asegura la activista.
Un problema de mayor escala
Según el estudio apoyado por el Programa para el Medio Ambiente , los nurdles o lágrimas de sirena son baratos de producir y esto contribuye a su gran presencia en el medio ambiente, consecuente con la popularidad de la fabricación de plástico a nivel mundial.
Se estima que entre 8 y 13 millones de toneladas de plástico son descargadas en el mar cada año, lo que equivale aproximadamente a la cantidad de un camión de basura entrando al océano cada minuto. En tierra la situación no es para nada alentadora tampoco, muy poco del plástico que se fabrica, aproximadamente 311 toneladas métricas al año, logra ser reciclado, y termina enterrado en vertederos cuando no llega al agua. 
De acuerdo con la agencia de la ONU , de seguir las cosas como están, la producción de plástico no solo crecerá, sino que se duplicará en las próximas décadas.
En el caso específico de los nurdles, solo pocos países han adoptado algún tipo de legislación para abordar el problema que representan. Algunas empresas en Estados Unidos, España, México y Japón han emprendido un esfuerzo voluntario de un mejor manejo de estos microplásticos, pero pocos cuerpos legislativos tienen un reglamento establecido al respecto. 
“En Inglaterra, una de las empresas que fabrica los pellets, que tiene altos controles de regularización para cuando sale el producto, tiene un área donde las mismas personas que trabajan aspiran los contenedores donde se transportan, ya que son piezas tan pequeñas que pueden quedar en cualquier parte con el viento y hasta en la misma ropa. Esta empresa es una de las pioneras en tener estos protocolos y realmente te pones a pensar, bueno, y esto es nuevo, estamos hablando que comenzaron hace año y medio. ¿Como están las otras empresas, realmente están haciendo algo o no? Allí queda la incógnita, porque realmente desconocemos cómo trabajan las otras compañías y es algo a tomar en consideración porque finalmente no tenemos cantidades pequeñas de estos plásticos, tenemos cantidades significativas en nuestras playas para las áreas y el tiempo que le estamos dedicando”, asegura Ana.
El estado de California, en Estados Unidos, es pionero en generar legislación al respecto. En 2007, fue aprobada una ley que establece las mejores prácticas de manejo de plástico de preproducción para las compañías que lo fabrican. Sin embargo, trece años después, el reconocimiento del problema que generan estos nurdles pareciera que aún no llega a la mayoría de los parlamentos, ni tampoco a las comunidades.
Un cambio que se puede lograr
Pero eso no detiene a Ana Antillanca y a su equipo de Menos Plástico es Fantástico quien confía en que Mahahual puede ganar la lucha contra esta polución.
“Son problemáticas actuales que están en las manos y responsabilidad de todos poder darle una solución y este problema puede ser una oportunidad de educación y de responsabilización, aquí corresponde que las grandes empresas que también colaboren y apoyen, tal vez no están conscientes de en donde están quedando todos sus residuos. Entonces es una invitación a trabajar todos en colaboración”, asegura la activista.
Y no está sola en su lucha, ella cuenta  que desde el comienzo del proyecto la comunidad de Mahahual ha estado muy interesada.
“De diferentes sectores, niños, tiendas de buceo, restauranteros, estamos todos involucrados para generar cambios de hábitos y generar un lugar mucho mejor y sano para vivir, era un problema que todos habíamos visto y no sabíamos cómo comenzar a unirnos y trabajar, entonces así fue naciendo y ha ido creciendo con el tiempo, al comienzo fueron muchos talleres y eventos mensuales para generar esta conciencia de todos los recursos que ahora tenemos en Mahahual”, afirma.
Y es que Mahahual, tiene de un lado el mar Caribe, y del otro un manglar con diversidad de aves y fauna marina, y para los activistas, es deber de todos protegerlo para las generaciones venideras. 
“Me llamo la atención de que si había una conciencia muy clara sobre toda la experiencia que ha habido en términos de la pérdida de capital natural, y servicios ecosistémicos en toda la región de Quintana Roo, desde Cancún playa del Carmen, y que Tulum es el epicentro de las fiestas electrónicas y todo. En algún momento pasó en Playa de Carmen, era una playa paradisiaca, pero ahora tiene los mayores síntomas de erosión, y me sorprendió en Mahahual que ya hacía esfuerzos para el manejo de residuos. Están ya enfocados desde la recolección de los plásticos en el pueblo, pero también cuando llegan los cruceros. No quieren que suceda lo que ha pasado en Cozumel donde han tenido que cerrar la reserva natural”, agrega el fundador de Restore Coral, Roberto Cerda.  
Otro uso para el plástico
El activista, que lleva muchos años trabajando en proyectos de restauración de corales en Quintana Roo, y ahora en el proyecto de Arca de Noé, que busca crear un banco genético de especies de arrecifes cuyas muestras serán recogidas en Banco Chinchorros, el atolón de Mahahual, asegura que lamentablemente el Estado no cuenta con lo que se necesita para reducir la basura plástica.
“Por más que sacas el plástico, al final, ¿A dónde lo llevamos? En Quintana Roo no hay realmente una infraestructura eficiente de manejo de desperdicios. Como se espera ahora el tren maya que va a aportar 5 millones más de turistas a la región, que ya tiene de 15 a 17 millones, y eso va en marcha, decidieron abrir un nuevo vertedero al aire libre, y de hecho esta entre Mahahual y Bacalar, y es un nuevo tiradero. De la preocupación de ver todo esto, Ana tuvo la brillante idea de plantear un proyecto que es el primer museo interactivo de plásticos del mar”, cuenta Roberto.
Ana ha logrado que varios artistas intervengan y utilicen los residuos plásticos para convertirlos en arte, y ahora se encuentra impulsando el proyecto del museo interactivo para promover conciencia sobre la problemática.
“Ya se logró el espacio físico. Ana está realmente afrontándolo de un lado interesante. Sería increíble que se acentuara. Un pequeño municipio y pueblo que sabe que les ha pasado a sus hermanos municipios, como ellos cambian a una perspectiva de resiliencia ecosistémica, que todo este paradigma lo empape y realmente Mahahual es el último rincón saludable de esta cuestión del síndrome blanco”, dice.
“Realmente se puede hacer el cambio, hoy en día cada vez hay más opciones de dejar de utilizar plástico, pero la responsabilidad, la industria tiene mucha tarea que hacer, pero también nosotros como seres individuales, también somos los que podemos decir, hay otros productos, hay otras maneras de consumir, y realmente la industria tendrá que hacer el cambio. Así que allí vamos, en una transición para una vida libre de plástico, esa es la misión de aquí en Mahahual”, concluye la fundadora de Menos Plástico es Fantástico.
 

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El tipo de microplásticos conocidos como nurdles, pellets o lágrimas de sirena aparecen en el paraíso Caribe de Mahahual, en Quintana Roo. Se trata de pequeños fragmentos de resina plástica que se funden para crear productos más grandes como botellas y que representan un grave peligro para la fauna marina y potencialmente los seres humanos. Un grupo de activistas liderados por una mujer intentan identificar su procedencia, y luchan para crear conciencia dentro de su comunidad.

Noticias ONU conversó con la fundadora de Menos Plástico es Fantástico, Ana Antillanca.

Cortesía música: Ashamaluevmusic

Audio Credit
Laura Quiñones
Duración
15'37"
Photo Credit
Cris Williams/Menos Plástico es Fantástico A.C