Las personas LGBTI deben ser protegidas y sus atacantes condenados
Es una obligación asegurar que quienes ahora están ocultos sean vistos y sus voces sean escuchadas. Voces como la de Pearl a quien rociaron con gasolina y estuvo a punto de morir quemada; la de Roslin de Rusia que todavía sufre de migrañas después de ser atacada a batazos mientras le gritaban insultos homofóbicos; Sally de Siria quien huyó del ISIS mientras tiraban a otras mujeres transexuales y hombres gay de las terrazas de los edificios; Milly de Suráfrica, quien fue estrangulada y violada, y Kutesa a quien la golpearon en un campo de refugiados por ser transexual.
Estos fueron solo algunos de los desgarradores ejemplos que el fotógrafo Robin Hammond, quien ha dedicado su carrera a la documentación de los derechos humanos a través de proyectos de larga duración, reveló ante la Alta Comisionada Michelle Bachelet, representantes de más de 20 Estados, miembros de ONGs y participantes de la sociedad civil reunidos en la sede de la ONU en Nueva York para debatir sobre los derechos de las personas LGBTI alrededor del mundo.